JUSTICIA.....A MI MANERA.
Está a punto de ser aprobada en
el congreso la cadena perpetua para violadores y asesinos de niños en Colombia.
Tema interminable que daría mucho de que hablar. Al final se impuso la idea que
quizás seguirán existiendo ese tipo de criminales, pero al menos los
reincidentes van a estar fuera de circulación por mas tiempo, piensan quienes apoyan
esta iniciativa. Mas años, menos riesgos, parecen pensar quienes apoyan ese
punto de vista.
En días pasados fuimos testigos
de las violentas protestas que produjo la muerte de George Floyd y la reacción que
produjo este hecho en todo el mundo. Para decirlo en términos sencillos, el
asunto trascendió el hecho original y se convirtió en un profundo debate sobre
la esclavitud, el racismo, las tensiones raciales en el mundo. Mas allá de ese
debate, una cosa me llamo la atención los primeros días, cuando las voces exigían
justicia.
¿A qué se refieren las personas cuando exigen justicia para
George Floyd?
Antes de responder esa pregunta, permítanme
esbozar mi actitud hacia su muerte. Fue asesinado por un policía, lo que en
principio es un agravante de su conducta, y encuentro muy difícil encontrar atenuantes
a su comportamiento, claramente indiferente e inhumano. Mas allá de lo que era
George Floyd y su conducta pasada, la policía tiene el deber de tratar con “clientes”
incomodos sin matarlos ni tratarlos de manera brutal e incluso sádica. Incluso,
el hecho que el oficial Derek Chauvin fue observado por tres colegas que no
hicieron nada por intervenir, agrava la cosa. Hay algo profundo en el
comportamiento de la policía de Minneapolis que debe ser estudiado y modificado.
Al menos sus protocolos deben ser revisados y ajustados mediante investigación independiente
(como entiendo se está haciendo). En cuanto a los policías acusados, estos
deben ser juzgados de acuerdo con la ley.
Hecha la aclaración, vuelvo a mi
pregunta original. ¿Qué quieren decir las personas cuando exigen justicia para
George Floyd? La mayoría un severo castigo a Chauvin y sus compañeros (me resulta
difícil llamarlos cómplices). Quizás hasta la prisión perpetua o la pena de muerte,
así en ocasiones se piense que es mala idea.
Es curioso ver como casos de alto
impacto social invitan a que se castigue con dureza a los criminales. Pienso
en nombres como Rafael Uribe Noguera, Luis Alfredo Garavito, Harvey Weinstein,
Derek Chauvin o Bernie Madoff son por así decirlo, indignos de compasión. Sin
embargo, para los ladrones callejeros ordinarios u otros delincuentes comunes,
hay una tendencia ideológica que los consideran víctimas de sus circunstancias
y, por lo tanto, no merecen un castigo severo, ya que son resultado de una condición
ajena a ello. Hay que recordar la indignación
que produjo la defensa de Weinstein cuando señalo que este era un adicto
sexual, y que estaba en tratamiento por ello. Los periódicos abundaron en columnas
y editoriales rechazando este punto como posible atenuante de su conducta.
La pobreza, la violencia, el
abandono, la vida en las calles, por ejemplo, nos invita a la compasión y la
misericordia con el acusado. Existe una división en la sociedad, que al parecer
divide a los criminales en dos: los que pueden ser castigados legítimamente, y
los que no, ya que tienen atenuantes.
Pedimos una pena severa para
Chauvin, y quizás la merezca. Pero la realidad es que un abogado inteligente tendrá
mucho que decir a su favor; por ejemplo, que el procedimiento usado, de colocar
la rodilla en el cuello, se encuentra en los manuales de la policía de Minneapolis.
Lo otro es que resulta muy difícil probar la intencionalidad de matar en este
caso. Quizás salga a flote un historial
de violencia, y reprensiones de la policía, pero el abogado podrá responder lo
obvio: Que eso no es pertinente en el caso, y ninguna de las amonestaciones recibidas,
si las hay, no ocultan el hecho que estaba capacitado para ser policía.
Por supuesto, los atenuantes y la
misericordia (esa palabra que cada día se usa menos) son necesarias en la justicia.
Sin embargo, no existen líneas claras en esto. No se puede olvidar que el
castigo es necesario por las malas acciones, pero renunciar a los atenuantes o
la misericordia solo por la furia que el hecho nos produjo, es ignorar la
igualdad que realmente importa: La igualdad ante la ley.
Imagen tomada de: https://www.kiro7.com/
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