Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2019

IMPRODUCTIVIDAD A LA COLOMBIANA: LA DESCONFIANZA COMO RAZÓN.

Imagen
Ayer, el periodista Adolfo Zableh  en su columna en El Tiempo, titulada "Yo produzco" señalaba lo siguiente "He oído en estos días de paro ‘ Yo no marcho, yo produzco ’. Pura mierda.". La compartí, y un amigo me dijo que " Somos un país de flojos por culpa de los subsidios que la izquierda, y los que añoran la mermelada " y bla bla. Adolfo tiene razón, y en estos días tuve dos experiencias que demuestran que los colombianos podemos trabajar mas horas que los alemanes o los franceses, y ser mucho menos productivos, pero es demasiado decir que somos un país de flojos que nos pasamos tomando café, pidiendo subsidios como dice mi amigo. Hay otras razones que se pueden llamar estructurales. Los vemos cada día, y no nos damos cuenta. Hace algunos días me ocurrieron dos experiencias que son muestra de las trabas que vivimos. Las experiencias las describo a continuación, con nombres propios para mayor claridad. EPISODIO 1: RETIRO DE CESANTÍAS

ANTECÁMARAS DEL INFIERNO

Imagen
Recientemente en Barranquilla, se inauguro un nuevo Centro Comercial. En una ciudad donde el sentir de muchos es que lo mejor de ella es la gente, y que, salvo la playa, no hay lugares para la diversión, un lugar para pasar un buen rato puede ser un centro comercial. Este centro comercial se anuncia como eco amigable (No sé cómo esperan que la gente crea que una mole de arquitectura brutalista puede ser amable con el entorno, pero eso es lo que dicen), pet-friendly, tecnología y certificaciones LEED, y con un novedoso esquema de servicio único en la ciudad. Al fin y al cabo, barranquillero, un día fui conocerlo. Fue una de las experiencias mas aterradoras de mi vida. Hay pocos sonidos mas desagradables que los de un grupo de personas conociendo un centro comercial. Los hombres parecían conversar como si fueran un grupo de mafiosos que golpean a alguien hasta matarlo. Las mujeres no hablaban, gritaban como si fueran violadas crónicamente.   Claro que había una razón para ello:

LOS EXTRATERRESTRES NO VINIERON ESA NAVIDAD

Imagen
Fue en los años 50 del siglo pasado, en esos suburbios de Estados Unidos que eran el ideal del “ Sueño Americano ”. Mas exactamente, la víspera de la Navidad de 1954, en Oak Park, Illinois, un grupo de personas se reunió frente a la casa de Dorothy Martin a cantar villancicos y esperar. Pero no esperaban el nacimiento de Jesús. De hecho, 200 personas esperaban un OVNI para salir de la Tierra.  Ese grupo de personas eran seguidores de Dorothy Martin (1900-1992) una ama de casa que, según sus palabras, era una profeta estaba trasmitiendo mediante escritura automática, una serie de mensajes de extraterrestres del planeta Clarion. El mensaje era del tipo apocalíptico: Una gran inundación iba a exterminar a la humanidad, y solo un grupo de elegidos iban a salvarse.  No era la primera vez que Martin, con intereses anteriores en la Cienciología anunciaba una fecha: Un día antes, Martin, por cuarta vez, había -en sus palabras- recibido un mensaje diciendo que el grupo debía esperar en

VIRTUDES DE HOY

Imagen
No importa cuán estrecho sea el camino, ni cuán cargada de castigos la sentencia, soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma INVICTUS – WH HENLEY No me da vergüenza decir que los inicios de mi formación en la cultura anglosajona fueron leyendo Selecciones del Readers Digest. La publicación creada por DeWitt Wallace, que resumía 30 artículos condensados de diferentes revistas, sin perder las enseñanzas y el sentido original, fue parte de mi educación sentimental. Uno de las enseñanzas que recuerdo fue un texto de A. J. Cronin (1896-1981) un novelista y médico británico muy popular en su tiempo cuyas novelas fueron llevadas   al cine (Las llaves del reino, La ciudadela, El jardinero español). En el texto, un hombre le da un abrigo nuevo a un mendigo, que ha recibido de regalo. Los amigos le reclaman por ello, que su viejo abrigo está deteriorado ya que él también lo necesita. El se limita a contestar: A veces es bueno privarse de algo que no se necesita de ve