ANTES DEL CRISTO-COVID


Una de las cosas que te enteras por internet, es que la expresión AC (Antes de Cristo) esta siendo abandonada para usar AEC (Antes de la era común). La razón es que hay mucho científico ateo que se siente molesto al mencionar a una figura religiosa, y que a la vez prefiere no usarla para no "ofender" confesiones diferentes a las cristianas. Tiempos seculares que corren. Pero al menos tiene una ventaja: la expresión AC esta nuevamente disponible. Quizás, en medio de tanto discurso, sería buena idea proponer un nuevo significado: Antes del Covid.  Después de todo, una de las discusiones que hay es si las cosas volverán a ser iguales, después de la fractura social que produjo la pandemia.

Como cristiano, el abandono de la expresión Antes de Cristo mas que ofensivo, tiene un componente ridículo. Al fin, los tiempos se siguen computando de un cálculo hecho en el siglo VI, por un monje que llamaban Dionisio el exiguo, que buscando el año del señor (Anno Domini) lo fijo en el 753 de la fundación de Roma. Lo cierto es que los científicos, tan puntillosos y susceptibles, no caen en cuenta de lo que se sabe hace mucho: Que Dionisio se equivoco al fijar la cronología entre 4 y 7 años. Al parecer, algunos científicos permiten el error, mas de lo que pensamos. 

De todas formas, AC en cualquiera de sus dos definiciones, no fue hace mucho si consideramos la geología e incluso la historia. El punto es  saber que significaba para la vida de las personas Antes de Cristo, o Antes del Covid. De lo primero, no tenemos mayor noticia. De lo segundo, es temprano para decidir si el alarmismo catastrófico que parece ser cosa de todos los días triunfara sobre la amnesia de lo que sucedió. Mi experiencia vital me permite decir que la normalidad (amnesia) regresará lentamente. Así fue con el embargo petrolero y lo que siguio: Para quienes vivieron de cerca, pensaban que el futuro era una humanidad atascada y que un mundo tipo Mad Max o Blade Runner parecía estar a la vuelta de la esquina. Nada de eso sucedió, (bueno si, se escribieron libros, se hicieron peliculas) pero el petróleo no se acabó y la vida siguió siendo mas o menos la misma.


Fotografia de Seyed Madyar Shojaeifar publicada originalmente en National Geographic  



Obvio que no es lo mismo tener 9 años o 50. Para un niño de 9, esta pandemia le significa que ha pasado el 11 % de su vida bajo la pandemia; para un cincuentón solo el 2 % de su vida se ha visto afectada. (Suponiendo que la situación ha durado 1 año) La perspectiva cambia por la experiencia. Antes, en los 20, imaginar donde estaríamos en 5 años, parecía algo lejano y remoto. Hoy ya no pienso así. Personas que conocía de mi edad, que estaban sanas, murieron antes de pasar 5 años. La realidad es que a mi edad, el tiempo pasa rápido, y cada vez queda menos. Si algo deseo, desde que empezó todo, es que la normalidad, lo que fue, vuelva pronto.

Eso de ver a mis semejantes con tapabocas, como si fueran apestados, no es lo mío. Siendo franco la realidad es que soy de los que piensa que la sociedad, en este caso, al escoger entre la prudencia y la histeria, escogió la histeria. Me pueden criticar por ello, y seguramente esgrimirán razones poderosas, pero lo siento, es mi pensar. De igual forma, tengo que reconocer que, al no estar enfermo, mi opinión no es precisamente de bases fuertes. Nadie sabe como reaccionaría a una situación hasta que se encuentras en ella.

Uno de mis placeres AC, era asistir a presentaciones de arte: Lanzamientos de libros, funciones de cinemateca, o coloquios de historia; la tertulia con mis amigos es algo que añoro. Sé que han comenzado a volver en algunas partes, pero con una gran cantidad de precauciones: Usando máscara, reservando con anticipación, tomando la temperatura a la entrada, y manteniendo la distancia.  Curiosamente, lo que hay es presentaciones como me gustan:vía ZOOM, Streaming, Facebook live, Instagram Live, MEET, Skype y similares. Pero no es lo mío. Añoro el sitio de reunión, la posibilidad de distraerme e incluso, por salud mental, salir de la casa. El mundo, aunque se puede imaginar entre 4 paredes, también es cierto que avanzó porque algunos salieron a caminar y recorrerlo.

Pero no todo es malo. El encierro tuvo sus beneficios: las guerras se detuvieron, se dejo de hablar del cambio climático y el mundo descansó de personajes como Greta Thunberg, Donald Trump, o Xi Jinping. No verlos (o verlos con bozal) era motivo de regocijo para mí.  Pero la verdad, no quiero su silencio. Espero que vuelvan personajes como ellos en la normalidad que teníamos AC.

Imágenes tomadas de: https://www.nationalgeographicla.com 

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