UN HÉROE OLVIDADO: JUANO HERNÁNDEZ


"Hernández es el 'nuevo negro' en nuestras películas.
Ya no tenemos limpiabotas y zapatos para niños.
Ahora, tenemos un hombre negro digno e inteligente ". 

Michael Curtiz, director de The Breaking Point (1950) 

William Faulkner tuvo mala suerte con el cine. Las adaptaciones de sus obras son consideradas muy inferiores a los relatos que las inspiran. Como guionista paso muchos años trabajando como “negro” reescribiendo, corrigiendo guiones para finalmente, no ver su nombre, o verlo en coautoría en trabajos que en general se atribuyen a otros. Por ejemplo, poco se recuerda que en el guion de Tener o no tener o El sueño eterno esta la mano de Faulkner. Suena lógico: esas historias de cine policíaco están alejados del Faulkner sureño que reconocemos, y resulta tarea de arqueólogo rastrear su mano en ello. El mismo no tenía en alta estima ese trabajo: Decía que eran alimenticios.

Varias de sus novelas: Santuario, El Ruido y la furia, o su celebrado relato Los rateros, fueron filmados por artistas como Tony Richardson o Martín Ritt, con resultados muy desiguales. Al final, los críticos son unánimes en que la mejor adaptación de Faulkner en el cine es Intruder in the dust (Intruso en el polvo) de 1949 (En español se titula Han matado a un hombre blanco) y buena parte del éxito se debió a la actuación del puertorriqueño Juano Hernández (1896-1970)

Juan Carlos Onetti siempre señalo que el titulo correcto de Intruso en el polvo debía  ser Intruso en la pelea porque el relato analiza la complejidad de las relaciones raciales en el profundo sur. La película, la ultima de valor de ese gran técnico que fue Clarence Brown (director favorito de Greta Garbo con títulos como Anna Karenina o Anna Christie a su haber) narra la historia de Lucas Beauchamp (Hernández), altivo granjero negro dueño de tierras por generaciones ("un hombre es su tierra" llega a afirmar) que es injustamente acusado de matar a un vecino blanco, y corre el riesgo de ser linchado por el pueblo. Sabiendo que su abogado no le cree, Lucas consigue la ayuda de Chick un adolescente blanco que busca pruebas para demostrar su inocencia junto con Aleck, el hijo de su criada negra y la anciana señora Haversham. Poco a poco el caso se va desarrollando, y la inocencia de Lucas comienza a salir a flote.

Filmada en Oxford, Mississippi, donde Faulkner vivió mucho tiempo, Intruder in the Dust es considerada la mejor de las cuatro películas de Hollywood sobre las tensiones raciales que se estrenaron en 1949.  Aunque económicamente fue un fracaso de taquilla, los críticos alabaron la actuación de Hernández, un veterano del cine de color, con una larga carrera en la radio, el teatro y el cine de los años 30 y 40. Faulkner mismo reconoció que era un trabajo muy bien hecho, en gran parte por la soberbia actuación de Hernández.
Nacido en 1896 en Puerto Rico, de padre puertorriqueño y madre brasileña, la infancia de Hernández esta llena de puntos oscuros. Al morir su padre, su madre vuelve a Brasil, donde se pierde el rastro. Se sabe que vuelve a Estados Unidos cuando es adolescente, donde desempeño los mas variados trabajos: Camarero de barco, acróbata de circo, extra de cine incluso boxeador. Pero sobre todo, artista de vodevil. Sin embargo, nunca dejo de educarse, y mejorar su educación: perfecciono su ingles para hablarlo sin acento, estudio las obras de Shakespeare, tomo clases de canto y teatro, e incluso mejoro su apariencia física.  Durante muchos años trabajo con éxito vario en el cine, en particular las películas negras de Oscar Micheaux, hasta que en 1949 tuvo su gran éxito con el papel de Lucas Beauchamp en Intruso en el polvo.  Completamente autodidacta, sabia inglés, español y portugués a la perfección.

Juano Hernández, como Lucas Beauchamp en  Intruso en el polvo
 A pesar del éxito de critica por su actuación, Juano no recibió tratamiento de estrella, pero se convirtió en un actor de carácter admirado y respetado en sus siguientes producciones. Antes de Hernández, los actores negros en el cine de Hollywood eran estereotipos o exageraciones tipo Mammie (Hattie McDaniel) la fiel criada de Scarlett O Hara (Vivien Leigh) en Lo que el viento se llevó, o una versión ablandada tipo Tío Tom, joven o viejo, como por ejemplo  el pianista Sam (Dooley Wilson) en Casablanca. La altivez de Hernández en la cinta, rompió esos moldes, y por otro lado, le valió el respeto de críticos y compañeros; después de mucho tiempo, Juan G Hernández,  Juano para sus amigos, fue reconocido como lo que era:  un actor de carácter.
A pesar del éxito de crítica, Juano no hizo muchas  más películas, en buena medida porque en mayo de 1950 acepto un doctorado honorario de la Universidad de Puerto Rico, y la oferta de enseñar allá drama e inglés. Después de más 30 años en el extranjero, Hernández regreso a Puerto Rico y permaneció allí, hasta su muerte en 1970. Entre sus actuaciones para recordar posteriores esta La noche del Halcón, donde servía de guía a un joven Sydney Poitier. Fue también, coestrella de Saint Louis Blues haciendo el papel del padre de W.C Handy (Nat King Cole) de 1958. También trabajo en la naciente televisión, como artista invitado en varias series como Alfred Hitchcock presenta, o Ruta 66.


Juano Hernández en los ensayos de la obra Haití en el teatro de la UPR en Rio Piedras (Puerto  Rico)
En Un oficio del siglo XX, Guillermo Cabrera Infante, escribió una nota sobre Intruso en el polvo, donde reconocía, perspicaz, que el papel de Hernández estaba alejado de los estereotipos raciales, pero a la vez debía ser orgullo para todos los latinoamericanos. Al final, su altivez, pero sobre todo la dignidad de Lucas no solo se reivindicaba a los hombres negros, sino también a todos los latinoamericanos. Estas lineas pretenden recordarlo.

NOTAS
Las fotos fueron tomadas de la web:
https://eladoquintimes.com/2017/07/28/juano-hernandez-precursor-de-los-actores-negros-en-hollywood/
 



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