SE AGOTA EL METOO....


Parece existir una creciente reacción a los excesos del #metoo en las redes sociales, en los últimos meses; supongo que es natural que sea así, porque algunos casos dejan serias dudas sobre la realidad de las cosas; a veces creo que estamos pasando de denunciar un abuso existente de siglos contra la mujer, a colocar en la hoguera a personas cuya conducta no nos parece ajustada a nuestro pensamiento, como ocurre por ejemplo, con las acusaciones contra el nominado a la corte suprema de EEUU Brett Kavanaugh, de un supuesto abuso ocurrido hace 36 años, que al final, cuando se busca probarlo, es la palabra de él contra la de ella. 


Lo primero fue la denuncia contra Asia Argento, por abusar de un hombre cuando era un adolescente de 17 y ella una mujer de 37. Argento, aunque reconoció los hechos, negó haber cometido algo impropio. Verdad o no, fue el primer golpe. El tema, sin embargo, tuvo algo bueno: Puso la atencion sobre los abusos que también cometen las mujeres, y demostró que ultimas, el abuso es un asunto de poder, que debe ser condenado, venga de donde venga.

Lo segundo, que paso algo desapercibido en Colombia, fue la presentación por parte de la defensa de Harvey Weinstein, de mas de 5000 email enviados y recibidos por Weinstein con algunas de las mujeres que lo acusan, que abren la puerta a la existencia de una relación "consensuada". Algunos de los correos son explícitos, y muestran que las mujeres sabían que parte de triunfar en el "negocio" del cine, pasaba por la cama de Weinstein, y  lo peor, es que estaban dispuestas a pagar el precio. Un asunto de oferta y demanda, donde las partes acordaban el precio, por muy desagradable que suene el "negocio". Trajo también a la luz publica un asunto espinoso: lo difícil que es probar una acusación de abuso, como en este caso.

El tercero fue el espinoso caso de Eileen Moreno; su pareja la ha acusado a la vez de ser violento con el, y lo peor es que su acusación ha tenido eco en las redes sociales, tan dadas a la simplificación, y a desviarse al final del tema. Al final, si la golpeo, cometió un delito que se llama lesiones personales, mas allá de las motivaciones de ello. La ley debe probar eso.

El cuarto punto es la entrevista a la esposa de Woody Allen, SoonYi, en la que ha negado de manera vehemente las acusaciones de abuso contra Allen a su hermana Dylan. En los Farrow, se alinean 3 bandos: Soon Yi, y su hermano Moses defienden a Allen y acusan a su madre de crueldad, mientras que Mia, Ronan y Dylan insisten en las acusaciones de abuso, que no han podido ser probadas. El tercer grupo son los otros hermanos que guardan silencio. Al final, puede- y eso es solo mi opinión- percibirse que este episodio tiene cada vez menos de #metoo y degenera en un desagradable pleito familiar.

El movimiento de #metoo puso los focos sobre los abusos a los que son sometidos las mujeres en nuestra sociedad. En ese sentido, hizo cosas maravillosas.Pero el uso partidario del tema, deseos de venganza o azuzar pleitos familiares han comenzado a pasarle factura.

Parece pues,  que al #metoo se le empieza a agotar la gasolina.

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