INTRIGA CRIMINAL: UN ESQUELETO EN EL REFRIGERADOR




Es de esos temas que harían las delicias de un escritor: Ocurrió en Lewiston, Maine. Un padre, abuelo y bisabuelo, Francis “Frank” N Julian, murió repentinamente el 1 de octubre de 2.011. Tenía 80 años. Salvo la diabetes que sufría, y que creía tener controlada, gozaba de buena salud, por lo que su muerte fue una sorpresa para sus familiares. Con dolor, sus familiares se reunieron y lo despidieron; una nieta escribió un sentido elogio de su abuelo que conmovió hasta las lágrimas a los presentes en el funeral. El periódico del pueblo despidió  de manera sentida al propietario de un popular negocio de la calle principal, describiéndolo como un hombre que trabajo hasta el último día de su vida. El dolor de los amigos, antiguos empleados y conocidos por la pérdida fue general.
Pero la vida continua, y los familiares se vieron en la necesidad de seguir con sus vidas, y resolver los asuntos pendientes del difunto. Era que hacer con la vivienda, el negocio y una unidad de almacenamiento (U-Storage) que tenía arrendada. El 6 de octubre su familia se acercó a esta última, y procedió a revisar las cajas apiladas hasta el techo. Había mucho material almacenado. Según los archivos, Frank rentó esa unidad en 1992 y durante 19 años almacenó cosas viejas allí. Una de esas cosas viejas fue un refrigerador de comidas desconectado. Aunque cerrado y sellado, alguien lo abrió. No contenía cosas guardadas, sino restos humanos.
Frank Julian pictured.

Foto:  Frank N. Julian  (tomada de internet)
Cuando la familia llamo a la policía, las autoridades ya tenían una idea de quien era. La mujer, cuya identidad se confirmó gracias al ADN, se llamaba Kitty Wardwell, y estaba desaparecida desde 1983 cuando tenía 29 años. Frank y Kitty se conocían, y la naturaleza de su relación es discutida. Pese a la diferencia de edad, al parecer existió un romance entre ellos, pero es difícil saber si tenía un carácter formal. Como sea, al momento de la desaparición en 1983, la relación no parecía ir bien. Un amigo informaría de la desaparición de Kitty un mes después de la última vez que fue vista.  Su familia lo haría cuatro meses después. 
Frank fue interrogado en su momento, y posteriormente sería sospechoso de la desaparición. Se le solicito una prueba de polígrafo, a lo que se negó. Siempre fue el sospechoso principal en el asunto, pero la policía nunca pudo dar con una prueba que lo implicara en la desaparición de Kitty, fuera de que tuvieron una pelea, pero eso no es indicio de nada. Los policías se encontraron con un callejón sin salida. Kitty estaba desaparecida, y la gente, en ocasiones decide dejar atrás su vida sin informar a los demás.  El caso pues, comenzó a enfriarse, hasta que el cuerpo apareció en el congelador desconectado de Frank en el 2.011.
En esta intrigante madeja, un aspecto llama la atención. Frank rentó la unidad en 1992, 9 años después de la desaparición de Kitty. ¿Qué ocurrió con el cuerpo de Kitty en esos años? No hay una respuesta clara al hecho, pero siendo Frank dueño de un negocio de comidas, era probable que el refrigerador estuviera en su lugar de trabajo, lo cual daría un giro macabro a la historia, al pensar en las precauciones que tuvo que hacer para que los demás no se den cuenta. Puede ser que estuvo en su casa, en un deposito almacenado en un lugar aislado, o incluso que el cuerpo fuera enterrado y posteriormente desenterrado.
Al final, no tendremos una respuesta que sea totalmente aceptable. Sabemos que Frank guardaba bajo llave su secreto, un refrigerador con esqueleto en este caso. Desconocemos lo que en realidad ocurrió: si la mató,  si fue un trágico accidente, e incluso si encontró el cuerpo y lo oculto por alguna razón desconocida; no tenemos una respuesta satisfactoria. Ni la tendremos.
Frank era querido en el pueblo.  “Un tipo agradable”. Su nieta recordó en el funeral lo buen abuelo que era. Su familia y amigos hicieron elogios fúnebres que conmovieron a los asistentes. Fue un respetado miembro de la comunidad al que despidieron, y como se enteraron después, tenia un esqueleto en un refrigerador. ¿Era un buen hombre? ¿O un criminal? ¿Ambas cosas? Buscar respuestas seria un tema fascinante, pero no existiría la certeza de saber lo que ocurrió en realidad. 

¿Y Kitty? Bien, ella será objeto de un próximo texto.

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