NACIÓN DE BRUJAS


Como gran parte de los mortales, me despierto, y para furia de mi mujer, miró mi celular para descubrir lo sucedido en el mundo en mi ausencia. Es algo rutinario. Leo dos o tres periódicos, veo las redes sociales y las recomendaciones de un portal de titulares al que estoy suscrito. Los titulares son similares: La economía sube, el trabajo es precario, un presidente es asesinado,  otro es sustituido o depuesto, una catástrofe natural ocurrió en Malasia, y la guerra continua en algún rincón del mundo. Se puede pensar que no ha sucedido mayor cosa cuando te llega un titular del tipo: “El numero de americanas que dicen que son brujas esta en aumento

Curiosas noticias que revelan el zeitgeist de nuestro tiempo, que dan una idea de algunas de las corrientes mas profundas de nuestra sociedad. Según el artículo, entre un 1 millón y 1.5 millones reconocen practicar esta religión (brujas Wiccas, las llaman). Una religión en rápido crecimiento, según describen. Mayoritariamente mujeres, pero también hay algunos hombres iluminados por esta nueva fe.

¿Cómo es eso de una religión? ¿Hay tantas religiones como adeptos? ¿Se reúnen estas brujas para sus ceremonias neopaganas? ¿Es esta religión una respuesta al dilema “espiritual, pero no religioso” de nuestros tiempos? No tengo claro las respuestas, salvo para la última: quizás. Con tantas noticias de curas pedófilos, fanáticos islamistas, suicidas budistas, o pastores corruptos, no parece buena idea formar parte de una religión constituida. De hecho, puede ser sinónimo de tener una mente atrasada. Eres incapaz de pensar por ti mismo. También -puede ser, pienso yo- una variación de la religión americana por excelencia, que es la autoayuda, y la confianza en ti mismo para lograr tus metas. En este caso,  estas brujas buscan reivindicar las enseñanzas de las brujas americanas, dueñas de un saber ancestral que en multitud de ocasiones terminó en la hoguera.


De hecho, me atrevería a pensar que la respuesta mas precisa esta en ese dilema de “Espiritual, pero no religioso”. Hay algo de autosatisfacción en todo ello: Cuando alguien afirma que es “espiritual, pero no religioso”, quien lo usa siente que es filosóficamente profunda y moralmente buena. Al final, escogen cualquier tontería que les guste que hay entre el cielo y la tierra, (por ejemplo, extraterrestres, las lineas de Nazca, el demonio, Maradona) y si se les cuestiona, responderán “Bueno, esa es mi opinión”. Una declaración que resuelve todo.

En cualquier caso, me gustaría conocer el perfil demográfico de la bruja estadounidense. Las mujeres serían mayoría, salvo unos pocos hombres iluminados. No me las imagino como Elizabeth Montgomery y Agnes Moorehead en Hechizada, sino algo peor: Hillary Clinton, Elizabeth Warren en una versión horrenda de Endora y Alexandra Ocasio Cortez en una versión mas juvenil de Samanta. 

Ahora, me pregunto como practican estas brujas su religión. ¿Hacen magia negra o magia blanca? ¿Se desahogan pegando alfileres en muñecos que representan sus enemigos o sus dificultades para reducirlos? ¿Se reúnen con otras brujas y hacen rituales en sitios sagrados tipo Stonehenge? Son muchas las preguntas que tengo, de las que aun no he encontrado respuestas claras.

Imagino que sonare prejuiciado, y quizás lo soy, pero no es lo mismo que ser intolerante. La gente puede creer lo que quiera: “que la tierra es plana”, que lo de “las torres gemelas fue una conspiración”, o que “los extraterrestres son los antiguos dioses paganos”. Cada uno es libre de tener su propio contenedor de ideas y llenarlo de basura. Hasta yo. Al final me digo: Que cada quien piense lo que quiere.

Es una lástima no conocer el nivel educativo de estas brujas: Me imagino que esta por encima del promedio. Para creer tonterías, cualquiera. Para volverla (o creerla) religión, una persona ilustrada. Lo que sí parece, si entendí bien, es que es un fenómeno suburbano (Como eran la pareja de Darrin y Samantha en Hechizada) propio de clases medias. Personas medianamente informadas, en cualquier caso.

Al final, estas creencias, la brujería y la espiritualidad sin religión, son un retrato de nuestros tiempos: buscamos la felicidad, pero no la trascendencia. Hemos renunciado a someternos a algo que se ha construido por siglos, que es mas grande que ellos mismos, pero a la vez reconocen que no quieren estar solos en el Universo. La religión como una elección de supermercado, donde elegimos nuestra creencia similar a elegir una determinada marca de detergente. Signos de hoy.

Imagen tomada del dios Google.


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