SANGRE DE REYES - UNA MEMORIA


Cuando era niño, hace ya largo tiempo, en la vieja casona del Prado donde vivía, había una pequeña biblioteca, que yo solía mirar con alguna frecuencia. No podría recordar los títulos que la formaban, salvo uno: Sangre de reyes. Lo recuerdo porque mi madre me lo quito, y me dijo:

-No leas ese libro, aun eres niño para entender el tema.

- Cual es el tema? – pregunté.

-Es sobre un hombre que cree descender de reyes, y lo que descubre es que en realidad es negro, y termina viviendo con ellos- fue la respuesta de mi madre.

No recuerdo que mas se habló. El libro, por algún motivo desapareció de la casa, pero no de mi memoria.

¿Cómo así que piensas que eres de origen noble y en realidad eres un negro? Me pregunté muchas veces. Me parecía tan extraño e ilógico que el tema, que el título quedó grabado en mi memoria.

Me volví lector, leí, mucho, bien o no tanto. Me olvidé del libro, y me ocupé en mi vida. Paso el tiempo, y de pronto, en algún momento, Sangre de reyes, volvía a mi memoria, y me ponía en la tarea de buscar el libro. Con la llegada del internet, las cosas se facilitaron, pero, aunque hice búsquedas, no encontré respuestas precisas al tema. O por lo menos no cuadraba con lo que la memoria me decía. Hasta hace poco, cuando buscando en internet otra cosa, la respuesta apareció.

Sinclair Lewis (1885-1951) fue el primer norteamericano ganador del nobel de literatura. Su trabajo muy alabado en su tiempo, estaba adscrito a un naturalismo y un realismo de origen europeo, ya iba a trasmano en el momento de ganar el Nobel. Sus historias y descripciones de la vida de la gente de pequeñas ciudades están dotadas de personajes vigorosos, y complejos, cuyos nombres han quedado en la cultura: Así George Babbitt, Cass Timberlaine, Ann Vickers, el predicador y bufón Elmer Gantry, son en mi opinión personajes que podrían ser nuestros vecinos, y ese es tal vez el mayor valor de su obra. Siempre pensé que un jefe que tuve, era un Babbitt en toda regla. Sin embargo, frente al refinamiento estético de un Hemingway, Steinbeck, Fitzgerald o Dos Passos, su estilo clásico de narrador de historias de personajes dominados por una idea fija e incómodos con el rol que cumplen en la sociedad, poco puede hacer frente al arte de los mencionados. Tiene, sin embargo, dignos herederos: John Updike, es tal vez el más conocido con su personaje de Harry “Conejo” Angstrom, y la serie de novelas sobre él. Mas sorprendente es la deuda de Philip Roth en Pastoral Americana, y sobre todo La Conjura contra América, relato sobre la posibilidad que un líder fascista llegará a ser presidente de EEUU. Los críticos han señalado la deuda de Roth con Esto no puede pasar aquí de Lewis, retrato de la hipotética llegada a la presidencia del senador Berzelius “Buzz” Windrip un demagogo demócrata de tendencias fascistas, y que fue recordada con la llegada de Donald Trump a la presidencia.

Bueno, la sorpresa fue que, pensando sobre Sangre de reyes, doña Hortensia Google me pasó una opción: “Quizás quisiste decir Sangre de Rey.” La búsqueda me llevó a un libro de ese título, publicado en 1947 y publicado en 1968 por el Círculo de Lectores. Su autor es, claro, Sinclair Lewis. La foto que encontré, fue como volver 45 años atrás: ESE ERA EL LIBRO.



IMAGEN TOMADA DE INTERNET


Lo mejor, es que conseguí una versión en PDF que leí en 3 días. Publicado en 1947, no es la mejor obra de Lewis, aunque si están los recursos usados por el autor: La historia transcurre en una ciudad de Minnesota, provinciana a mas no poder, llena de descendientes de suecos y noruegos, vistos como vulgares frente a los refinados neoyorquinos que dan inicio al relato, un relato que nos presenta a Neil Kingsblood, héroe de guerra (la segunda) su esposa Velda, y su ojiazul y rubia hija Bindy. Por insinuación de su padre, que piensa que por su apellido está emparentado la familia real inglesa, inicia una indagación para descubrir ese posible nexo entre sus antepasados, y así ganar refinamiento en la sociedad local. Pronto se aburre de su rama paterna, para centrarse en la familia de su madre, que tiene según su creencia, un origen franco-canadiense. Sin embargo, en el camino descubre que el padre de uno de sus tatarabuelos, que el creía era francés, en realidad era de la Isla de Martinica, y si bien no negó su origen, lo ocultó: Era mayoritariamente negro, aunque casó a sus hijas con hombres blancos. Es decir que Neil es 1/32 negro. Según las leyes raciales vigentes, se aplica la teoría de la gota de agua: Si tienes un antepasado negro, YA ERES UN HOMBRE NEGRO. Es decir que, ante la sociedad local, ya Neil no es blanco. Ahora es un hombre negro, y en el camino, su hija también. Una vieja historia de 120 años atrás, tendrá consecuencias funestas para su familia.

Esa teoría, que tiene mucho de arbitraria y aberrante fue usada para clasificar la sociedad, justificar la discriminación, cuidar la pureza racial y prestarse para injusticias. Alguna vez leí que uno de los primeros presidentes de Liberia, esa creación americana para devolver a los negros a África, tenía 27 de sus 32 antepasados blancos. Nada lo distinguía de sus vecinos blancos. Sin embargo, a la luz de las leyes de la época, era un negro. De la actriz Halle Berry ícono de las actrices negras, se menciona poco que su madre es una enfermera británica blanca y ha tenido hijos con hombres blancos. Alguna vez le preguntaron la raza de sus hijos, y dijo que creía en la teoría de la gota de agua: Sus hijos, son pues, negros.

Lógicamente, ese descubrimiento, como otros episodios de las novelas de Lewis que remueven a sus personajes, altera la tranquila y predecible vida de Neil. Se interesa por la comunidad negra, cuenta su descubrimiento a sus vecinos pese a los pedidos de prudencia de su familia de no hablar del tema, y al hacerlo enfrenta las dificultades de un negro en la sociedad de ese momento, y el cambio de sus conocidos: es discriminado, pierde su trabajo, debe devolver su casa donde vive y que ha comprado porque según las normas de la urbanización, no se admiten negros, y al final es arrestado por negarse a abandonarla. Velda, pese a la deriva de Neil, siempre lo apoya, y se va con él, a vivir entre negros.

Queda preguntarse si los estereotipos raciales han cambiado desde que se escribió la novela hace 75 años, y tal vez las respuestas serían: Cuanto más cambian las cosas, más permanecen igual.

Aunque no es una gran novela frente a otros trabajos suyos, (me parece que la exploración del tema racial es insuficiente, y los personajes negros suenan un poco esquemáticos) es digna de él: Lewis ha creado algunas de las figuras ficticias más emblemáticas de la literatura estadounidense: Carol Kennicott, George Babbitt, Martin Arrowsmith, Cass Timberlaine, Ann Vickers, Elmer Gantry y Sam Dodsworth. Neil Kingsblood es menos conocido, pero merece su lugar junto a ellos. Este libro está convincentemente construido sobre una base de claridad moral y tensión que son signos de su estilo. Tambien fue un texto polémico:"En 1947 un «ciudadano preocupado» alertó al FBI de la existencia de una novela que no era más que «propaganda para que el hombre blanco aceptase a los negros como sus iguales». Según el informante, Sangre de rey, de Sinclair Lewis, era el libro «más incendiario desde La cabaña del tío Tom». " (1)

Con todo, mi madre me resumió el libro muy bien. 45 años después, tuve las respuestas.

(1) Tomado de: https://www.jotdown.es/2018/10/la-extrana-y-maravillosa-mente-de-william-t-vollmann/

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