UN DESASTRE ANTINATURAL: VENEZUELA




Yo quisiera no ver tanto verde en la tierra 
muriendo Y en las aguas del río los peces 
desapareciendo Yo quisiera gritar que ese tal oro 
negro no es más que un negro veneno Ya 
sabemos que por todo eso vivimos ya menos 


ROBERTO CARLOS- EL PROGRESO


El International Crisis Group, (ICG)  es una organización no gubernamental con sede en Bruselas, que trabaja en la prevención de conflictos armados en todo el mundo. En los últimos 3 años en América Latina ha centrado su atención en cuatro países: México, Guatemala, Colombia con su proceso de paz y Venezuela. El pasado 31 de Julio se publicó un extenso estudio sobre la crisis política y social que atraviesa Venezuela, titulado Un desastre evitable. (Aunque el título en inglés es más elocuente: The Unnatural disaster. El desastre antinatural)  En el señala que como resultado de unas malas decisiones, ha llevado al país al borde de una crisis social y económica,  con ramificaciones en los países vecinos.

El Informe señala que la caída de los precios del petróleo, ha mermado de manera significativa los ingresos haciendo insostenible los programas sociales establecidos durante los años de bonanza. Ello, Junto con una actitud hostil a la iniciativa privada, he terminado afectando la calidad de vida de los venezolanos,  quienes cada vez más encuentran dificultades para el acceso no solo de alimentos, sino también a los servicios de salud.

El informe se extiende en varios aspectos: Uno, el efecto del desabastecimiento alimentario, sobre la población. Se señala que en Venezuela no hay riesgo de crisis alimentaria, sino un alto riesgo de desnutrición crónica, que puede tardar años en ser superado. Las razones son más o menos conocidas: El férreo control que el estado ejerce sobre las divisas, ha llevado a que muchas empresas no puedan adquirir la materia prima importada, llevándolas a trabajar a solo una parte de su capacidad. De otro lado, el programa de subsidios y Precios justos desarrollado por el gobierno ha hecho que muchas de las industrias se vean obligadas a trabajar a perdida, o simplemente cerrar. El informe se extiende en ejemplos donde muestra que las nacionalizaciones en busca de la llamada soberanía alimentaria, han resultado contraproducentes: Muchas de estas empresas nacionalizadas han terminado  trabajando a una parte de su capacidad, entre disputas entre los trabajadores y directivos, la falta de repuestos y de materia prima para trabajar. El informe señala que no existe un riesgo como tal de hambruna, sino un riesgo real que la sociedad venezolana presente un alto grado de desnutrición crónica por varios años.

En el tema de la salud, se presenta una situación similar: Si bien la cobertura médica se ha ampliado hasta cubrir gran parte de la población, el control de divisas, la existencia de diferentes tipos de cambio, y  una crisis en la infraestructura hospitalaria, ha llevado que comiencen a escasear los insumos médicos y medicamentos de alto costo, ya que muchos son importados y a precios regulados: Es difícil conseguir medicamentos contra las llamadas enfermedades catastróficas,  el SIDA, la diabetes, el Parkinson, e incluso una creciente escasez de insumos,  equipos para tomas de sangre, o acetaminofén, lo cual hace que la cobertura de salud de los venezolanos, este alcanzando niveles preocupantes de deterioro, y el riesgo de epidemias aumente. A ello hay que añadir el creciente éxodo de profesionales graduados y su sustitución por personal sin las calificaciones apropiadas, lo que hace que el acceso a una servicio médico de calidad para los venezolanos este quedando en el papel.

Capítulo aparte son las cuentas públicas: El margen de maniobra del gobierno venezolano para equilibrar las cuentas públicas se ha deteriorado de manera significativa.  El gobierno venezolano depende de los altos precios del petróleo, para sostener sus programas sociales, y lograr un equilibrio en las finanzas. No se conocen estadísticas reales y confiables desde hace varios meses: Se habla de una inflación que ronda el 70 % anual, y una contracción del PIB cercana al 7 %  según los reportes más conservadores. De allí que voces que señalan que Venezuela se enfrenta a una cesación de pagos sean cada vez más numerosas.  El ICG estima que de no tomarse medidas radicales, existe un riesgo real de Default para el segundo semestre del 2016 o principios del 2017, en un universo donde los precios del petróleo se mantengan en los niveles que están a la fecha. Los esfuerzos del gobierno venezolano han sido orientados a lograr un aumento de los precios del petroleo, por un lado, y lograr cupos de endeudamientos con países amigos. Mas allá del tema político, los resultados de esta gestión se han mostrado insuficientes sin que se realize un ajuste en las cuentas publicas.

Si bien es cierto que la relación de negocios entre Colombia y Venezuela ha decaído (De ser el 2do socio comercial Venezuela ha pasado a ser 6 to) no es descabellado que nuestro país sería uno de los más afectados por una recesión profunda en Venezuela, no solo en el campo  económico, sino social: Muchos de los compatriotas residentes allá, podrían tomar el sentido contrario (Esta Colombia preparado para eso? Creería que Venezuela no es tema primordial en la agenda de Colombia)

El ICG señala que la situación se podría evitar si el gobierno corrige el rumbo, y efectúa un ajuste general de la situación, que se resume en los siguientes puntos:

“El gobierno venezolano debe admitir la situación, y no sacar excusas traídas de los cabellos para justificarse. Debe dejar de ocultar las estadísticas reales y de acosar a quienes proporcionan información o la solicitan.

Cualquier diálogo o acuerdo político debe priorizar las acciones concertadas para garantizar el suministro básico de recursos escasos, incluidos medicamentos, suministros médicos y alimentos básicos, a los más necesitados, y un sistema de bienestar social libre de intervención o manipulación partidista, que incorpore a actores no-gubernamentales, por ejemplo la Iglesia Católica y organizaciones humanitarias, como proveedores.

El actual sistema de control de precios y cambio, que fomenta la corrupción, el contrabando y el mercado negro, al tiempo que alimenta la inflación y la escasez, es inviable y debe ser cuidadosamente desmantelado y reemplazado por mecanismos que proporcionen una red de seguridad para los pobres sin asfixiar la producción.

El gobierno debería buscar un apoyo amplio para un programa de emergencia que restaure el equilibrio económico y proteja a los más vulnerables de las consecuencias del ajuste necesario, en lugar de culpar a la oposición y a los gobiernos extranjeros de una imaginaria “guerra económica”.

La oposición debería resistir la tentación de sumar puntos políticos, reconocer que no hay ninguna solución indolora, y presentar una clara agenda de reformas económicas y sociales.

La comunidad internacional en general deben abandonar su renuencia a actuar y presionar explícitamente para que se restaure el Estado de derecho y los contrapesos y equilibrios institucionales, empezando por la estricta supervisión de las elecciones parlamentarias. (Cosa que el gobierno venezolano se resiste a hacer, según las ultimas declaraciones)

Los gobiernos deberían además ayudar a aliviar los gastos sociales de la actual crisis ofreciendo alimento y ayuda médica y presionando para que se reconozcan y se controlen las epidemias.” 

(TOMADO DEL SIGUIENTE LINK: )


Observando las recientes situaciones en la frontera, es preocupante observar el desinterés de las actores por aplicar los correctivos señalados.  El gobierno sigue acusando a diferentes actores de la oposición de saboteadores en complicidad con agentes extranjeros, indicar que el desabastecimiento es resultado de una supuesta “guerra económica” realizada por la oposición, y continúa dificultando el ejercicio opositor, cuando  no encarcelando a esta mediante pretextos descabellados, en una forma de buscar el ahogado rio arriba.

En un discurso del 22 de Enero, Maduro señalo "He hecho un conjunto de iniciativas para favorecer en sustitución de importaciones y optimización de uso de divisas, porque son menos divisas. De 96 dólares el barril a 40 dólares. Pero nunca nos faltará Dios. Dios proveerá". Por desgracia, muchas de esas medidas se han revelado ineficaces, y pues solo queda el doloroso ajuste. Cuando? Es cuestión de tiempo. No será antes  de las próximas elecciones, y si como se espera la oposición logra la mayoría, no vemos que el clima político cambie, sino muy probablemente empeore.


Colombia resultara afectada, no solamente en el campo económico sino social, como ya estamos observando con la creciente migración de nacionales de regreso a su país. El país debe por tanto tomar medidas para mitigar este impacto, y ayudar a la solucion de la crisis en Venezuela

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