¿CUÁNTO VALE UN JUGADOR DE FÚTBOL?
Después de una
larga lista de desencuentros, Cristiano Ronaldo abandono el Real Madrid para dirigirse
a la Juventus de Turín cuyos dueños son los propietarios de la FIAT. No pareció
tan costoso el traspaso: $ 100.000.000 de Euros frente a lo que en su momento
costo la transferencia de Neymar al PSG que se evaluó en $ 250.000.000. Igual,
la noticia causo muchas notas periodísticas: Empleados de una planta de la FIAT
anunciaron una huelga para protestar por el excesivo valor de la transferencia,
mientras a ellos, se les imponen cada más sacrificios y recortes. Ellos, y muchos de nosotros, estaríamos muy
disgustados por los enormes salarios pagados a deportistas mientras nuestro
trabajo se encuentra en riesgo, y nuestros jefes gastan el dinero a manos
llenas sin aparente justificación. Si al menos lo metieran en nuestra empresa,
pues guardaríamos silencio. Como sea,
eso nos trae a la pregunta que da titulo a este texto ¿Cuánto -realmente- vale
un jugador de futbol?
Ese es un punto
para el cual es imposible dar una respuesta clara. Todos nos preguntamos si hay
una razón valedera para el valor -aparentemente excesivo- de un futbolista. La
respuesta que se da, que ese es el valor que da el mercado, al final no
satisface a nadie.
Una posibilidad
para dar una respuesta es que Neymar tiene un valor de uso, como una
herramienta de mayor costo, porque su calidad es superior a herramientas que en
teoría hacen lo mismo.
La liga francesa,
donde juega Neymar no es la que mejores salarios promedio paga: Solo $ 600.000
euros al año. Una cifra envidiable desde el punto de vista del 99 por ciento de
la población, pero frente a otras ligas no es una cifra escandalosa. La
francesa es la que menos paga de las cinco grandes ligas europeas. ¿Puede que
Neymar sea 40 veces más que un jugador promedio de la liga? Si así lo fuera, él
podría reemplazar varios equipos completos. Eso es absurdo, tiene que haber
otra explicación. Al final, el uso no tiene nada que ver.
Queda la ley de la oferta y la demanda. Al ser
famoso, no tanto por su calidad, como por su fama, hace que incremente su valor
comercial. ¿Cuál es el valor puramente comercial de
Neymar para PSG? Esto es muy difícil de
evaluar. Cuando firmó para el equipo, PSG
vendió 20,000 camisetas extras del PSG "oficiales" con su nombre en
tres días, aunque, incluso con un beneficio para el club de $ 20 cada una, lo
cual daría algo más del uno por ciento del retorno a la inversión. Es de suponer que las ventas de tales camisetas caerían ya
que la novedad también se disipó; pero
cuando Neymar firmó para el club, PSG inmediatamente tuvo más seguidores en las
redes sociales que cualquier persona o cualquier otra cosa en Francia.
Admitamos pues que eso es un intangible difícil de medir.
Al final, el valor
monetario de algo – o los servicios de alguien- es el precio que la gente, con
prudencia o imprudencia, está dispuesta a pagar por ello. Pero ese no es precio
justo, nuestro viejo amigo.
Todos pensamos que el precio justo, debe ser el
precio correcto. Seguramente si yo soy el vendedor, pienso que debe ser un poco
mas de lo que cualquiera esta dispuesto a pagar por ellos. Si soy el comprador,
pienso que debe ser un poco menos. Al final, esto se deja al mercado, por encima
de la aprobación universal. Y el mercado, en particular, es un gran
distorsionador: a los futbolistas se les paga mas si son apuestos, aunque la
buena apariencia no tiene nada que ver con patear una pelota. Además, los
jugadores que juegan extremadamente bien algunos días y otros no tanto, están mejor
pagados que los que juegan bien sin altibajos. Concedamos pues que los grandes
jugadores juegan extraordinariamente bien a ratos, se diferencian de los otros,
y hay que pagar por ello. Esto es extensivo a los jugadores con vidas
personales coloridas. El chisme, este viejo amigo surge. Ese es otro valor de
un jugador famoso: el chismorreo. Al final no es un asunto deportivo. Es algo
más. Simplemente, la cultura del espectáculo de la cual el futbol hace parte.
Entonces, se puede concluir que el excesivo valor de
un futbolista es resultado de la fascinación por el espectáculo que los rodea.
El valor pues no nace de lo que Neymar como futbolista puede hacer. Esta en la
tontería que produce: Las camisetas que vende, el corte de pelo que usa, los
fans que saluda, los tatuajes que se hace, las novias (o novios) que tiene, las
lesiones que finge, o las que realmente tiene. Una muestra que la fatuidad
humana no puede ir mas allá.
Billy Shankly, legendario entrenador del Liverpool
FC dijo alguna vez: “Algunos creen que el
fútbol es solo una cuestión de vida o muerte, pero es algo mucho más importante
que eso.” No le faltaba razón. Nada
tan serio como la frivolidad.
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