COLOMBIA: ENTRE INTERESES E INCOMPETENCIA


Las constantes disputas entre los poderes públicos en Colombia no se hacen por el bien del país. La disputa por la reforma laboral es un buen ejemplo de ello, en parte porque lo que menos le importa a las partes es los ciudadanos sino la futura campaña electoral. Hay intereses, incompetencia, e incoherencia.
Digo que no se hacen por el bien de país, porque en los temas principales es necesario construir acuerdos. Un gobierno llega al poder con un plan de reformas y cambios, se tiene que enfrentar a ciertas realidades. Una de ellas, es la política. No tiene mayorías en el Congreso para gobernar y debe buscar acuerdos con las partes. Así sucedió y así se hizo. El gobierno construyó unas mayorías: después de la campaña, partidos como liberales, la U y los conservadores se declararon partido de gobierno. Algunos independientes, Los verdes, y los otros oposición. Se formó un gobierno en principio con una base amplia. Pero ahí primaron los intereses: los acuerdos eran burocráticos, mas que verdaderamente programáticos. Sin embargo, algo se logró: Se aprobó una accidentada reforma pensional, una tributaria, un marco para la paz total e iba caminando una reforma laboral. En algo mas de 8 meses, la coalición empezó a hacer agua, en particular con la reforma a la salud. A eso se añadió la llegada de una nueva campaña electoral de cuerpos colegiados, y la preocupación creciente por la situación del país. Todos hicieron primar sus intereses, por encima del bien común. El gobierno insistió en sus tesis del cambio e incluso radicalizó su posición.
A eso se sumó la incompetencia de muchos miembros del ejecutivo, y del propio presidente. Los ministros no fueron capaces de negociar con el congreso que no está conformado por ángeles, y los proyectos comenzaron a hundirse: la reforma a la salud, el proyecto de reforma a la justicia se abandonó, y sorpresivamente, la reforma laboral fue negada. Sumemos a eso el fracaso en la transición energética, y sobre todo en la paz total. El gobierno, no gobierna, tiene permanentes choques entre sus funcionarios y el presidente luce errático y confundido, mientras ve que su proyecto político hace agua. Escoge pues el camino fácil: “Habla de fuerzas oscuras”, “enemigos dentro del gobierno”, “traidores camuflados”, mientras interfiere en el gobierno de las otras autoridades electas: Pelea con alcaldes y gobernadores, los chantajea, los insulta, los acusa de obstaculizar sus reformas y al que le va bien, lo ignora. Como resultado la sensación de desorden cunde, y las partes se culpan entre ellos.

Proyecto reforma laboral (Imagen de Contexto Media)

Ejemplo de esa incompetencia es la Reforma laboral. Polémica y todo, se presentó, se comenzó a tramitar, se hicieron varios debates, y de un momento a otro, cuando el gobierno mostró su profundo desorden, sin nadie mirando las relaciones con el congreso, un grupo de senadores opositores logro formar mayoría y archivar la reforma. Fue un regalo para el gobierno ¿Quién en su sano juicio va a oponerse que se mejoren las condiciones de los trabajadores? ¿Quién es ese malvado, que va a decir que los trabajadores no merecen mas protección porque ya tienen suficiente? Era el regalo perfecto, para ocultar lo que otros vemos: el fracaso de la paz total, la arbitrariedad de muchas decisiones en la salud, el deterioro del orden público, la incoherencia de un gobierno que dice estar “con los pobres” y suprime subsidios, la creciente crisis fiscal, el desprecio a la educación, a las otras ramas del poder público y varias más. Perfecto, hay que llamar a la movilización popular para defender “el cambio” que es potencial, porque no ha sido. Nada como invocar altos valores para movilizar la sociedad. Me recuerda al patriotismo de Argentina con la invasión de 1982 en las Malvinas. Todos aplaudieron al dictador Galtieri, todos sabían que era un criminal, pero es LA PATRIA. Pero bueno, es un caso extremo. Aquí cayó de perlas porque le dio al gobierno una razón para la movilización, ocultar su pobre gestión y presentarse como víctima. En esto último no le falta razón, pero nada es tan sencillo como parece.
Se hizo pues, una petición a favor de una reforma laboral. Para claridad hagamos una cronología de los hechos:
-Se presentó una reforma laboral
-Se hicieron algunos debates
-Se hundió la reforma
-El gobierno convoca movilizaciones, y pide consulta popular que ademas entrega al congreso.
-El congreso inesperadamente revive la reforma.
-El congreso niega la consulta popular. Alega que la razón básica ha desaparecido
-El gobierno llama a la movilización. Me preguntó porque si la razón inicial revivió.
¿Qué va a ocurrir con ello? No sé, pero si tengo claro que esto le ha dado al gobierno una razón para jugar su rol de víctima, decir que no lo dejaron gobernar, que fuerzas “oscuras” ignoran la voluntad popular, y otras yerbas más. Concedamos que tiene oposición y fuerte. Pero a la vez es el actor mas poderoso del país, y poco ha logrado. Entonces la discusión es intereses vs incompetencia. Cada quien que se dé su respuesta. Esto continuara.

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