LADY MACBETH DE ALBANIA
Dicen que detrás de todo gran hombre, hay una gran mujer. Y en
ocasiones, detrás de un líder paranoico, una mujer ambiciosa. Modelo de ese
tipo de mujer, Lady Macbeth, por ejemplo. Pero en comparación con Nexhmije Xhuglini,
quien murió el pasado 26 de febrero en su cama a los 99 años, Lady Macbeth parece
simple aficionada sentimental.
Nexhmije Xhuglini fue la esposa y compañera durante cuarenta y
tres años del dictador comunista albanés, Enver Hoxha, quien murió en 1985.
Hoxha ha sido un político que el tiempo se ha encargado de borrar sus crímenes.
Líder comunista de Albania de 1944 hasta 1985, fue primero stalinista, luego maoísta,
cayo bajo la influencia de Tito, para finalmente desarrollar la vía albanesa al
socialismo. Hoxha convirtió a su país en una cárcel aislada del resto del
mundo, a la manera de Corea del Norte y eliminando, cuando no purgando los
enemigos y posibles rivales. En multitud de ocasiones, con la ayuda de su mujer,
fiel comunista desde su juventud, y cumplidora de su deber, como lo entendía.
En su caso, ayudar a su esposo, a eliminar a sus enemigos, la mayoría de los
cuales fueron sus colaboradores, amigos y antiguos asociados.
Nexhmije nació en el seno de una familia de musulmanes
albaneses, en Bitola, hoy Macedonia del Norte, en ese entonces parte del recién
formado Reino de los serbios, croatas y eslovenos que luego tomaría el nombre
de Yugoslavia. Sus padres se mudaron a Tirana, en el entonces recién formado
reino de Albania, donde estudio en una escuela de elite para niñas, y desde muy
joven, se ingreso al partido comunista, donde en 1941, conoció, en una reunión secreta,
a Enver Hoxha, el ambicioso y futuro líder de los comunistas albaneses. Se dice
que fue amor a primera vista. Y él le propuso matrimonio al poco tiempo; se
dice que ella respondió: “el frente de resistencia ha caído; me rindo”. Tuvieron
dos hijos y una hija. Ayudo a su esposo a convertirse en líder de su país, y lo
ayudo a crear el comunismo albanés, una extravagante mezcla de stalinismo, maoísmo
y tercera vía a la yugoslava, junto con un casi total aislamiento del mundo
exterior.
Albania se alió inicialmente con la Unión Soviética después de
la guerra, pero Hoxha pronto cortó esa relación. Estableció lazos brevemente
con China, pero estos se deshilacharon después de la muerte de Mao Zedong en
1976, y Albania permaneció aislada del mundo exterior.
En las décadas posteriores a la segunda guerra mundial Nexhmije fue
un alto funcionario comunista por derecho propio en su pequeña y montañosa
nación balcánica, el país más aislado y pobre de Europa. Cuando su esposo
estaba incapacitado por problemas de salud, se volvió más influyente,
controlando la policía secreta de Albania y orquestando purgas, arrestos y
juicios.
De las muchas parejas de dictadores comunistas, el escritor albanés Ismail Kadaré dijo que ella era
"la más malvada, la más perversa". En esa categoría la podrían acompañar
tal vez Madame Mao, haciéndole sombra, y más atrás, Elena Ceausescu o Margot Honecker.
Estas últimas, sin embargo, no alcanzan las dimensiones de crueldad de Nexhmije:
A su lado, son principiantes.
Quizá- porque eso esta probado- Nexhmije fue consciente del amor
de su esposo hacia ella. Hoxha era devoto de su esposa, cosa que podría ser conmovedor
de no ser que al final este era un asesino sin escrúpulos, carente de sutileza.
Cuando su esposo murió, ella dijo: "Nos dejó, se fue a unir
a los camaradas".
Después de la caída del régimen, Nexhmije Hoxha fue acusada de
malversación de fondos, un pecadillo en el contexto de su vida, y pasó seis
años en prisión. Ella escribió dos volúmenes de memorias y vivió el resto
de su vida sin ser molestada. Tuvo sus fieles
defensores; cuando cumplió 99 años, el Semanario en marcha del partido comunista
de Ecuador escribió:
“En 1993, la burguesía que asaltó el poder la condenó a nueve
años de prisión por supuesta mala utilización de fondos del Estado, lo que en
realidad escondía el afán de afectar la imagen de una defensora del marxismo
leninismo y continuar el combate en contra de su compañero de toda la vida, el
camarada Enver Hoxha. Durante el juicio, Nexhmije Hoxha mantuvo su recia
postura, la defensa del marxismo leninismo, del Partido y de ella misma.” (1)
Es difícil leer sobre su vida sin una mezcla de fascinación y
repulsión. Aunque ella vivía muy bien para los estándares albaneses (que no
eran altos, por decir lo menos), estaba claro que la acumulación de riqueza o
la vida desenfrenada no la motivaron; menos personas habrían sido asesinadas si
ese fuera el motivo. Su vida es objeto
de interés para psicólogos y filósofos morales. A la crueldad de su conducta se
unía el hecho que ella y su marido creían haber trabajado por el mejoramiento
de su país, y en realidad lo creyó hasta el final de su vida. Jamás admitió
haberse equivocado. En el camino, en nombre de la justicia, se convirtieron en
carniceros de su propio pueblo.
Foto tomada de www.panorama.com.al
Foto tomada de www.panorama.com.al
Comentarios