EL DELINCUENTE ES ÉL....
Confieso que no había escuchado
de Dany Boon hasta hace 3 días. Me vine
a enterar que era un cómico francés de éxito, cuyo ingreso anual es de
millones. Para su desgracia, afirmo que como buen ciudadano francés pago sus
impuestos en Francia. Hasta ahí, algo de autobombo. Para su desgracia, Mediapart,
un medio de noticias en línea descubrió que había utilizado varios esquemas
para evadir el pago de impuestos, a través de paraísos fiscales: Desde el 2014,
su residencia fiscal está en el Reino Unido, y en esos años invirtió millones
en fondos de cobertura con domicilios fiscales en lugares como las Islas
Caimán. El resultado fue un que ha
llevado que el artista haya sido acusado por la revista Le Point de “optimización fiscal” en un linchamiento
mediático que hace las delicias de las redes.
Boon es un tonto, y quizá un Tartufo (en el sentido francés de hipócrita)
si se quiere. Pero el punto es que lo que afirma Le Point no es cierto. Acusar significa atribuir
la responsabilidad de un delito, un acto reprobable o una falta. Mediapart no dijo que
los esquemas fueran ilegales; solo que se habían usado, poniendo en evidencia al
actor. Son las autoridades quienes, con
base en la información obtenida, señalaran si existe delito o no, en las
conductas descritas.
En realidad, de lo que hablamos es de elusión fiscal, es decir, hacer una serie de maniobras para reducir el
pago de los impuestos en base a beneficios e interpretaciones de la ley. Sin
embargo, sorprende la creciente frecuencia como se confunde la elusión y la evasión fiscal
como si legalidad y la ilegalidad fueran idénticas a los efectos sociales. La elusión,
a menos que se pruebe que es ilegal, es legal per se. Ejemplo de ello, fue el
caso de los papeles de Panamá, que involucro al bufete de abogados
Mossack-Fonseca. Sin duda se pusieron en evidencia conductas delictivas, a
pesar que como muchos señalaron había razones legítimas para usar empresas panameñas
para los negocios. Pero en la mente de la sociedad quedo que lo que había hecho
el bufete de abogados era propio de delincuentes de cuello blanco.
Viendo las acusaciones de evasión
que han afectado a grandes artistas o deportistas famosos (Shakira, Cristiano
Ronaldo, Messi) por usar paraísos fiscales para reducir los impuestos cuando según
las oficinas de hacienda no tenían derecho a ello, es claro que la autoridad es
cada vez más rígida en la interpretación de figuras como elusión y la evasión.
Sin embargo, eso no quiere decir que la elusión sea algo indeseable: al final todos queremos pagar la menor
cantidad de impuestos posibles. No precisamente por razones elevadas.
Tendemos a confundir lo legal con
lo permisible: “No hay ninguna ley que lo prohíba”, solemos decir, como si la
legalidad fuera el único criterio para determinar si un acto es permitido. Sin
embargo, nuestra sociedad tiende a condenar comportamientos inmorales, pero
legalmente permitidos. Se hace según el lado en que se esté.
“Acusación” y “Evasión de
impuestos” son frases para los demagogos útiles para avivar la envidia: Tanto
discurso en contra de los extranjeros (como hizo Trump con los mexicanos en su
campaña), contra los ricos, o personas con influencia. El punto aquí es que
Dany Boon no ha cometido ningún delito, ha hecho algo que todos hacemos, pero
en menor escala. Pero el delincuente es él.
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