EL FIN ESTA CERCA...


Todo tiempo pasado fue mejor, solemos decir. Una forma de pensamiento desiderativo que usamos para justificar la nostalgia, e imagino, la ida de la juventud. Digo pensamiento desiderativo, porque algunas estadísticas y hechos demuestran que la humanidad, pese a todo, ha mejorado en muchos aspectos; hoy vivimos más, estamos mejor alimentados, hemos aumentado la producción de alimentos, y la calidad de vida de los seres humanos ha mejorado. No es cierto, gritan los profetas del Armagedón, aquellos que en el pasado salían diciendo “El fin esta cerca, arrepiéntete”. Solo que ahora, dicen otras cosas: El cambio climático, el abuso de los recursos naturales, la desigualdad social, la violencia en el mundo, nos llevan a concluir al menos, como titulo hace varios días la portada de revista Semana: “El mundo esta loco”.  Vamos hacia un desastre, si hemos de creer a los pesimistas de turno.

No me considero optimista, ni particularmente pesimista. Sin embargo, no desconozco que hemos mejorado nuestra calidad de vida, pero a costa de abusar en multitud de ocasiones de lo que nos ofrece el planeta. Considero, que un poco de prudencia, una corrección del uso de los recursos naturales para hacerlos sostenibles en el tiempo es deseable, y quizá hasta necesario. ¿Cuánto? Es una pregunta que no esta a mi alcance responder.


Cada tanto, estos profetas del desastre anuncian catástrofes a la vuelta de la esquina, y en muchas ocasiones, de acuerdo con sus intereses. Con motivo de las pasadas elecciones en USA, la gran prensa, reconocía que la economía norteamericana había alcanzado el pleno empleo, y su crecimiento económico había alcanzado niveles sorprendentes. El presidente Trump, un exitoso profeta del desastre, hizo suyas esas cifras y pronto celebró como suyos los excelentes resultados. No hay tal, grito la gran prensa liberal hostil a él:  una crisis se está incubando, este crecimiento no es sostenible en el tiempo, es una burbuja, no esta favoreciendo a todos, etc. Si hemos de creerle a estos nuevos profetas del desastre (algunos de ellos, premios nobel de economía) el Sr Trump, no puede hacer nada bien porque sus ideas son las equivocadas. Todo lo que hace es malo y o en últimas es una mentira mas del señor. De hecho, comente esos logros económicos en una red social, y mis amigos se molestaron conmigo, por preguntar si Trump estaba en el lado correcto, al menos en el campo económico. La descalificacion fue general. Sin duda, el Sr Trump  esta algo algo alejado de la frase de “No importa de que color es el gato, lo importante es que cace ratones”  que atribuyen a Deng Xiao Ping, y que explica el éxito de China en los últimos 30 años, pero pareciera que al menos, en términos económicos, no le falta razón. Mis amigos hablaron de que los logros no le pertenecían, que era una burbuja, que sus medidas eran resultado de una afortunada conjunción de circunstancias, etc, etc

Las profecías de un Armagedón financiero son ciertas en un sentido abstracto: la economía aparte de no ser una ciencia exacta (cada vez mas economistas analizan los aspectos irracionales en la toma de decisiones económicas, para proyectar con mayor exactitud) se basan en el análisis intuitivo de hechos pasados: A etapas de gran prosperidad, vienen etapas de ajuste o recesión, como muestran hechos pasados. Eso lo sabemos, y los economistas lo repiten cada tanto. Son como las advertencias de los sismólogos que le dicen, por ejemplo, a los habitantes de California que un gran terremoto se aproxima, pero no pueden decir exactamente, o siquiera aproximadamente, cuándo. El cuándo, por supuesto, es el dato crucial; y en la economía hace la diferencia entre ganar y perder dinero. De allí que atribuirle a Trump el éxito de la buena salud de la economía americana puede ser inexacto, como inexacto puede ser negarle los logros. Entonces, al final que? Es su mérito o no? Para algunos si, para otros no; la respuesta al final es una posición política.

Grandes profetas del desastre son los economistas, que parecen disfrutar en pinchar el globo cuando las cosas parecen ir bien. Cada día es mas aburridor abrir una revista de análisis económico, y leer sobre los riesgos y dificultades de la economía, y concluyes que el mundo va peor y hay que rezar para que esto no empeore. Miren la ley de financiamiento que propone el gobierno Duque: si hemos de escuchar a quienes la defienden, no hay dinero para nada, y toca apretarse el cinturón, porque el estado no tiene forma de honrar los compromisos adquiridos, salvo aumentar el recaudo a través de nuevos impuestos. Puede que en realidad tengan razón, simplemente el dinero no es suficiente y hay que aumentar el recaudo. Pero que poco aflojan el cinturón en los ciclos de bonanza.

Hay mucho pensamiento desiderativo, ese interesado, bien pensante, y en la gran mayoría de ocasiones, equivocado. La política es caldo de cultivo de ello: Piense en un buen gobierno de izquierda, y les recordaran ese desastre que es Venezuela. Piense en un buen gobierno de derecha y lloverán las críticas y estadísticas desmintiendo los datos: aumentó la desigualdad, aumentó la pobreza, todo es mas precario, etc, etc. Miren a Trump: Es tan malo, que se le compara con Hitler, en el sentido que nada bueno puede salir de él, sus logros son simplemente de otros, es una burbuja, o como el señor es un mentiroso, es una mentira más. El punto es que Trump, puede ser muy malo, pero no es Adolfo Hitler.  Incluso, el mas alejado de nuestras ideas, tiene algo de razón; el gato que caza ratones. Pero negamos esa posible razón. Al final, caemos en un pantano de farsa: No nos interesa convencer, ni tener razón, solo nos interesa manipular y ganar. La ideología, por encima de todo. Cada vez nos alejamos mas del pragmatismo que domino en los últimos años la política mundial, lo cual es al final, preocupante.


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