EL CINE DE BERNARDO BERTOLUCCI
“Los hijos que nos rodean son monstruos. Más insulsos de lo que éramos
nosotros. Tienen los ojos apagados. Tratan a los padres con demasiado respeto
o, incluso, con demasiado desprecio. Ya no son capaces de reír. Se burlan. O
son sombríos. Y sobre todo ya no hablan. Y no comprendemos si con su silencio
piden ayuda o si están por dispararnos. Son criminales”
PIER PAOLO PASOLINI -CARTAS LUTERANAS
Ha muerto el director de cine
Bernardo Bertolucci (BB), y los medios han recordado sus más conocidas obras:
Novecento, El último tango en París, o la monumental El último emperador. Sin
embargo, esa visión incompleta no le hace justicia a su arte.
El primer gran amor de Bertolucci
fue la escritura. De hecho, gano a los 21 años un premio de poesía, El Viareggio,
que lo presentaba como una promesa de la literatura. Sin embargo, para él pesó
mucho que su padre Attilio fuera un conocido y popular poeta italiano. En algún
momento, sintió que no tenia uñas para esa guitarra, o al menos estar a la altura
de la poesía de su padre. Eso no quiere decir que dejara de lado la escritura.
Bertolucci revisaba o escribía los guiones de sus películas, y se recuerda poco
que es el autor del guion de un celebrado espagueti western de Sergio Leone con
Henry Fonda y Charles Bronson titulado Hasta que llegó su hora (1968).
Bertolucci entro al cine gracias
al pago de favores: Pier Paolo Pasolini (PPP) debía la publicación de su
poesía a la amistad con su padre; y este, sabedor de su interes por el cine, le ofreció
ser su asistente de dirección: “No se nada
de dirección” se cuenta que le dijo BB a PPP. “Yo tampoco” cuentan que respondió Pasolini. Juntos trabajaron en Accatone (1962). Bernardo
tenia 21 años y ganas enormes de aprender. Aprendió; pero fue en esencia, un autodidacta.
El momento en que entra BB entra
en el cine, es un momento de transición. Ha pasado ya la corriente del
neorrealismo italiano, y los cantores de la lucha antifascista (Visconti, De
Sica, Lattuada, Fellini, Roberto Rosellini) daban paso a historias mas
comerciales o el nacimiento de un cine de culto con claras influencias
políticas. Para Bertolucci, el fascismo
y la épica antifascista tenían un carácter meramente histórico. Italia había
superado los años de pobreza de la posguerra, y vivía años de relativa
prosperidad, y creciente corrupción en el enfrentamiento entre comunistas y demócrata cristianos. Quedaba pues, el análisis y descripción de
sus tiempos, y con ello el desencanto que traía.
Para entender su obra, hay que
saber que Bertolucci fue un devoto militante comunista y el análisis marxista
está presente en toda su obra. Quizás, el hecho de dar una respuesta a la
pregunta de cuál es el papel del hombre en la sociedad y los cambios que se
presentan, sean claves para entender su obra. Y en eso, la respuesta, que es
variada, esta en muchos de sus personajes:
Muchos están por encima de los retos que le trae su entorno: Así por
ejemplo ocurre con El pequeño Buda, con esa familia adinerada de Seattle que es
incapaz de entender que su hijo es la ultima de una reencarnación de siglos de
un maestro de la fe; o Pu Yi, el niño de 3 años que es incapaz de entender las
responsabilidades de ser El Último Emperador, y solo ve a la guardia como un
salón de juegos. O que decir de Alfredo Berlinghieri (Robert De Niro), el hijo
del dueño de la hacienda, que es incapaz de controlar los excesos de Attila
(Donald Sutherland) frente a los trabajadores, en Novecento. O Primo Spiaggiari de La tragedia de un
hombre ridículo, que se ve desbordado por los hechos que el mismo ha ayudado a
crear. Pero sin duda, el resumen de esos
personajes es Marcello Clerici, el protagonista de El Conformista. Un oscuro
burócrata temeroso que solo busca encajar en la Italia fascista, y en el camino termina convertido en
cómplice de asesinatos, solo por adaptarse a un entorno violento, y que pronto
excede las circunstancias que él posibilitó. Otros, como Olmo Dalco (Gerard
Depardieu) en Novecento, son el arquetipo del ciudadano comprometido con las
causas nobles de su tiempo. O Fabrizio, el joven protagonista de Primero la revolución
refleja las dudas y el compromiso final de los jóvenes con la causa, pese a su
origen burgués.
Bertolucci, fue un maestro
alejado del gusto popular. En eso emparentaba con Fellini, Visconti, Antonioni,
Bergman y en alguna medida con Rossellini. Sin embargo, eso no le impidió gozar
del reconocimiento del publico en general, o que fuera objeto de agrias controversias
por su trabajo. Hoy se recuerda el escándalo que causo la aparente violación de
Maria Schneider en El ultimo tango en París, pero es necesario recordar también
la controversia que rodeó en su momento uno de sus trabajos mas personales,
como fue La Luna, con su carga de frustración sexual e incesto en el mundo de
la Opera. O como la acusación de obscenidad por El ultimo Tango en París le
significo la suspensión de sus derechos civiles por 5 años en Italia.
Una obra rodeada de aplausos,
escándalos, con escenas de gran belleza visual, muchas de ellas gracias a la
cinematografía de Vittorio Storaro. Una
obra vigorosa, no exenta de polémica; a títulos con aura de escándalo como El último tango en París (1973) o la Luna
(1979), se unen cuidados análisis históricos de su Italia natal a la luz del
marxismo como Novecento (1975), Primero la revolución (1964), La estrategia de
la araña (1970, basada en el relato de Borges, Tema del traidor y el
héroe), la cuidada reconstrucción histórica de la Italia fascista de El
conformista (En mi opinión su mejor obra, basada en un relato corto de Alberto
Moravia) o la poco valorada Tragedia de un hombre ridículo (1981). Todas ellas obras pensadas, con una notable
carga de violencia y sexualidad frustrada.
También, grandiosas reconstrucciones históricas, del cual El Ultimo
emperador, o El pequeño Buda son ejemplos de ello.
No fue un gran director de actores. Le preocupaban mas las imágenes, la musica y las historias que se contaban, que la actuación; salvo la actuación de Donald Sutherland como Attila Mellanchini en Novecento, como encarnación de la maldad, es difícil recordar grandes actuaciones en sus películas. Esto, de por si, no es una critica negativa.
Capitulo aparte merecen obras, de
la ultima etapa de su carrera, donde explora las complejidades de las
relaciones hombre-mujer. A títulos como la desigual y algo ingenua Belleza
Robada (1996) se une su otra gran obra maestra: Esa historia de un matrimonio americano en crisis en el Sahara, que es El Cielo Protector, esa "epopeya de la destrucción" en palabras de Martin Scorsese con Debra Winger y John
Malkovich, basada en la novela de Paul Bowles.
Muerto Bertolucci, muere una
generación de cineastas que hoy parece lejana. Aquellos que son insobornables
en sus ideas, pero que gozaron del reconocimiento del gran público, que aun sin verlo, sabían que estaban frente a un
gran maestro.
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