COVID, DECISIONES Y CONVERSACIONES

 

Han pasado casi 7 meses desde el inicio de la pandemia del COVID, en Colombia y todo el mundo, si hemos de creer a las redes sociales, saber que hacer con la epidemia, exceptuando los que están a cargo de controlarla. ¿Un rebrote? Eso es culpa de las autoridades que no tomaron las medidas adecuadas, subestimaron la magnitud del brote, pese a los llamados de los expertos de las redes señalando los graves errores que cometen. El rollo es que las autoridades insensibles no los escuchan.

Por supuesto, eso ha sido agravado por el cierre de los institutos de investigación médica de las redes: Es decir los bares, restaurantes, cafés, sitios de reunión, tertulias e incluso piscinas han sido cerrados por la necesidad de las autoridades de hacer algo, o mas bien, mostrar que se esta haciendo algo. De allí que, en Colombia, el presidente se presente todos los días a las 6, para llamarnos a la prudencia, anunciar restricciones, hablar de confinamientos selectivos, e incluso regañarnos: Nada de mingas, nada de reunirse en las calles a protestar, si no quieren que nos veamos en la penosa necesidad de volverlos a encerrar.  Quizás al principio cuando no se sabía mayor cosa, la gente lo aceptaba sin discutir. El cuento es que 7 meses después el gobierno debería tener una idea de lo que esta sucediendo, si se va a presentar o no un rebrote, y si se presenta como manejarlo. Lo más importante: que hacer si se presenta. Pero la sensación es que nadie esta al mando, y estamos encomendados a la Virgen de Chiquinquirá, esperando lo que nos traerá el virus. Mas que propositivo, tenemos un gobierno reactivo. 

Hablando como el hombre promedio en una tertulia, tengo mi propio plan. Los riesgos de la muerte por COVID, dependiendo del país, alcanza entre el 1.2 % al 5 % de los infectados. Si el porcentaje se mira por edad, entre mas edad mayor el riesgo, aumentando rápidamente después de 60 años, aunque no existe edad donde el riesgo sea cero.  En un informe del ministerio de salud se muestra que hasta mayo no se observaba un aumento real de la mortalidad en Colombia, y después señalaba que había un pequeño aumento, quizás por retraso en la información, y una disminución de muertes por otras causas. A partir de ese momento, las cifras de mortalidad se mantienen por debajo de las cifras esperadas, en parte por la disminución de muertes imputables a otras causas. Hasta para las funerarias, el Covid es un mal negocio. Lo que si es innegable es que el riesgo aumenta después de los  60 años.

Como epidemiólogo de tertulia, creo que los esfuerzos de prevención deberían dirigirse a este grupo de edad. Mi plan favorito seria que el resto de las personas siguieran sus actividades con normalidad (incluyendo los niños) y los mayores de 60 permaneciendo lo mas posible en interiores, tomando precauciones. El riesgo que correr sería decisión de cada uno. Al final, cada persona define su “riesgo correcto”.

En esencia, mi plan sería no hacer nada, salvo confinar a los mayores, cuidar los incapacitados, y confiar en el sentido común de los que están en riesgo, para comportarse con sensatez. Aunque la gente puede ser insensata, a veces es mas obediente de lo que se espera. Al menos la economía no recibiría otro golpe demoledor, como el de  finales de marzo.



Como ocurre con todos los esquemas que se diseña, es necesario pensar en las objeciones.

La primera es que aún no sabemos cuáles son los efectos a largo plazo de la infección por COVID. Si aparecerán nuevas enfermedades con los años. No tenemos forma de saberlo;  creo que no podemos permitir que nuestra política se decida por la mera posibilidad de efectos graves a largo plazo.

Mas serio es considerar que las personas no se comporten de manera adecuada, y a menos que se les restrinja, la propagación de la enfermedad se acelere (como parece que está sucediendo en Europa) y supere la capacidad de las UCI en los hospitales.

Ahora, mi disposición al riesgo se vería alterada si supiera que yo tengo que pagar por el tratamiento, o al menos la mayor parte de ello. Claro que en un sistema de salud tan garantista como el colombiano, me parece un pensamiento inútil a considerar.

¿Cómo se evalúa el riesgo del aumento de muertes, principalmente entre los mayores, frente al daño que causan los confinamientos en la economía? Descartando a un Trump, a un Bolsonaro, e incluso un Lopez Obrador, existe algún líder que diga: “Las medidas de cuarentena son insostenibles en el tiempo, y por el bien de la economía y el regreso a la vida normal de la mayoría, debemos aceptar no solo el riesgo de muertes que conlleva el covid.  La prudencia, y la autorregulación nos permitirán salir adelante.”  O como le escuche a un vendedor ambulante en Barranquilla: "Para mi el covid es una posibilidad, pero si no trabajo hoy, el hambre es una realidad".  Al final, estamos ante un tema de riesgos que podemos afrontar.

Me alegro de no tener que tomar decisiones por otros. A lo mejor otros también estén contentos de que no tome decisiones por ellos.

Imagen tomada de:   https://www.cancer.org/es/noticias-recientes/preguntas-comunes-acerca-del-brote-del-nuevo-coronavirus.html

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