REFLEXIONES SUELTAS SOBRE EL CORONACÓPTERO
Al final se canceló el concierto benéfico
#doypositivo que se iba a realizar en un
helicóptero en Medellín (¿Como era eso?) según los organizadores del evento
"porque recibieron información de las autoridades de inteligencia sobre
posibles manifestaciones de rechazo a la actividad, las cuales podrían causar
alteraciones del orden público.". Al final, el coronacóptero como lo
llamaron, no se hizo.
Varias personas expresaron su
indignación en las redes, por ser un derroche de dinero, por los recuerdos que
conlleva el uso de un helicóptero en una ciudad donde los vuelos de estos se
asocian a un periodo de violencia todavía reciente. Otros, lo veían como algo
"mañe" y de mal gusto. Cayeron críticas a la alcaldía de Medellín por
participar de alguna forma en el proyecto y ser indiferente con "las
reales necesidades de la gente".
Cuando leía las críticas, no
encontraba que era lo que no me cuadraba. La indignación era lógica; parecía de
esas reuniones de millonarios que se gastan 10 millones para recolectar
donaciones por 5 millones, lo del helicóptero parecía excesivo, de acuerdo, y
hasta los cantantes me parecen malos. Hubo quien dijo que eso un evento
disfrazado de "Donatón". Puede ser.
Sin embargo, pensándolo un poco, ya
supe que es. En todas las reacciones, vi lo que una gran amiga llama "La
mirada sucia":ver en los actos nobles de las personas oscuras
intenciones. Entiendo que es legítimo que se reclame por el correcto uso de los
dineros si el estado está de por medio, pero de allí a cancelar un evento
privado hay cierta distancia solo porque la gente ve algo turbio, hay cierta
distancia.
Hace unos años, en el CC Atlantis de
Bogota se decomisaron unos peces porque según las autoridades y los biólogos
eran invasivos; a la semana estos animales estaban muertos, el estado y los biólogos
se lavaron las manos y se echaron las culpas el uno al otro. “Entre
todos lo mataron y el solitó se murió”. El que denuncio, señalo lo
inconveniente de tener esos peces; la autoridad se lavó las manos diciendo que
su traslado había estresado a los peces y estos habían muerto.
Las reacciones primarias de la
multitud, como estas, terminaron produciendo aquí algo parecido. Se cancelo el
concierto, el dinero recaudado debe ser devuelto a quienes lo entregaron, a
menos que estos decidan dejarlo. Al
final, entre que los privados se gasten -por decir -100 millones, y se recauden
50 millones, pasamos a cero.
El argumento de oscuras intenciones detrás
de cualquier cosa es una herramienta que se usa con frecuencia. Para descalificar
algo. Si así fuera, el estado y el gobierno, que han sido responsable en el
pasado de cosas horrendas, no tendría legitimidad para repartir los dineros y auxilios
que en teoría van a entregar. Escuchamos noticias permanentes que el estado y
el gobierno asesinan gente, o las deja morir. Al final, sus miembros por ese razonamiento, tienen las manos manchadas
de sangre. Es inmoral recibir la ayuda. Igual para un antiguo guerrillero, un
mafioso o un paramilitar ayudando. Escoja lo que quiera, siempre saldrá quien lo
critique.
Hace años Carolina Sabino se vio
envuelta en un accidente, donde una persona quedo paralitica; mas tarde fue
seleccionada para ser imagen de una campaña gratuita de prevención vial. El
Tiempo publico la noticia, y en el foro se armo una discusión interminable, ya
que participo la madre de Carolina. La gente protestaba por la selección, se
burlaba del hecho: “Un ladrón cuidando un banco”. Yo decidí participar, y metí;
dije que esperaba que de toda esta tragedia saliera algo bueno, como parecía dispuesta
en ello. No sabemos cual era la intención oculta, si es que la había.
En esta cuarentena, veía un programa documental
sobre Werner Von Braun, el científico alemán que fue clave en el desarrollo de
la carrera espacial norteamericana, del programa Apolo y la llegada del hombre
a la Luna. Pero también recordaron su pasado nazi y lo clave que fue su trabajo
en el desarrollo de las V2 nazis. Sin embargo, y eso se sabe, de su conexión con
las SS no se mencionó. Von Braun era un nazi, y cómplice de la barbarie. Eso
sin contar que sabía que del trabajo de esclavos en el desarrollo de los
cohetes nazis. Nuevamente, la cruz y la espada.
Nuestra sociedad, en eso, ve
demasiado la espada. En este caso, donde había gente dispuesta a ayudar, a
donar su trabajo, y de gente que estuviera dispuesta a donar algo, para “nuestros
héroes” en la pandemia, o los mas necesitados, pasamos a nada. Como los peces
del Atlantis. Están muertos, pero la conciencia limpia.
Imagen tomada de www.kienyke.com
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