DEL MINISTRO BOTERO Y NUESTRA INHUMANIDAD


Una de las cosas que mas me sorprende de las redes sociales, y créanme, ya es difícil que me sorprendan, es la capacidad que tiene la gente de acomodar su pensamiento a su ideología, lo cual de por sí, dificulta la posibilidad de lograr acuerdos mínimos que son tan necesarios para la convivencia democrática.

El caso del ministro Botero, se ha desviado de tal forma que es un reflejo de ese acomodo. No estamos hablando de ideas, estamos hablando de humanidad. La realidad es que en una discusión, hay que comenzar por unos mínimos. El primero de ellos es la confianza. El ministro Botero, no inspiraba confianza, y el ocultamiento o ignorancia de la información que había niños en el bombardeo donde se dio de baja a alias Cucho era un hecho mas que suficiente para su salida. Eso, más allá de cualquier ideología, es impresentable. A los funcionarios públicos se les exige un comportamiento irreprochable, y como se vio,cualquier explicación que diera, era insuficiente. El ministro debía irse. Esa misma noche del debate, los senadores lo sabían, después de la denuncia de Roy Barreras.

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GUILLERMO BOTERO NIETO MINISTRO DE DEFENSA

De ahí seguía lo segundo. Que paso, quien oculto la información, quien fallo. Preguntas legítimas, que merecen una respuesta. La responsabilidad de ese hecho debe ser investigada y los señalados, llamados a dar las explicaciones.  De hecho, lo más sensato, y lo que parece venir, es un remezón en la cúpula militar, por las graves fallas en este hecho. El nuevo ministro de defensa tendrá que llegar con paso firme, en ese sentido. No debería ser un requisito, sino una exigencia.

Eso es lo mínimo que se esperaría de una persona medianamente sensata, con algo de humanidad. Roy Barreras, como me dijo una gran amiga, más allá de ese cambio permanente de ideología, hizo algo muy lleno de humanidad al denunciar este hecho. La degradación del conflicto ha convertido a los niños y adolescentes en actores y víctimas, y eso es innnegable: Las disidencias matan niños, las Bacrim mata niños, el ejercito mata niños. No hay muertos mejores, no justifiquemos lo que no se puede justificar. Humano es denunciarlo, humano es exigir responsabilidades, humano es exigir castigo. Pero no excusemos, porque el otro lo hace, y hasta peor. ¿Complejo? Si. ¿De solución difícil? Si. Podemos criticar las soluciones, pero no olvidemos que esto, como cierta canción de Serrat “cosas que no tienen repuesto”. La vida de otros, y de nosotros mismos. Quizá en nuestras manos no esta la solución; pero al menos no envenenemos el ambiente.

Cuando leo las redes sociales, me dan escalofríos; se han llenado de gente (o al menos, son las que más chillan) llena de odio, que tienen alma de verdugos.

Imagen tomada de wikipedia.

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