UNA LECTURA DE TROCHA Y TELARAÑA DE JAIBER LADINO GUAPACHA. DEL AMOR COMO SOSIEGO
Haga de cuenta que camina por un sendero, y encuentra una araña tejiendo su red. Mírela, e imagine una historia de amor que parece imposible entre dos hombres, uno teólogo, el otro guerrillero; añada sus memorias de juventud, su infancia en el campo, y sus lecturas, la música que ama, sus maestros y tendrá el germen de Trocha y telaraña, de Jaiber Ladino Guapacha
Jaiber Ladino Guapacha (Quinchia, Risaralda 1984), en sus novelas combina hechos y situaciones aparentemente disimiles: La homosexualidad, la tierra y la vida de los campesinos del Gran Caldas, la teología cristiana. Aquí se mezclan Constantino Kavafis, la música de Madonna, la obra de ese gran divulgador de Kavafis que fue Eduardo López Jaramillo, los cuentos de Adel López Gómez, una lectura queer de algunos episodios de los evangelios, la Summa de Santo Tomas de Aquino, el álbum de las chocolatinas Jet, la novela Por los caminos de Sodoma de Sir Edgar Dixon, seudonimo de Bernardo Arias Trujillo entre algunos que identifiqué. Si quisiera ser burlón, diría que es una obra propia de la denostada cultura grecoquimbaya, con su improbable mezcla de civilización griega e indígena, untada de grandilocuencia y solemnidad. Nada mas alejado de la realidad esa posible burla. Jaiber escribe con fluidez, es un artesano de la palabra, capaz de crear en sus historias auténticas filigranas intimistas que nos conmueven.
A la fecha, el autor ha publicado 3 novelas: Andago, la linea K, donde desarrolla una historia que es un homenaje a sus maestros y profesores, pero sobretodo, a Constantino Kavafis, a través del desarrollo de una línea de boxers para hombres. Una improbable combinación, y un texto lleno de poesía y vida que no pasa desapercibido. El segundo se llama Mapa con abejas y tambor.
La tercera es Trocha y Telaraña, una historia de amor entre dos hombres, uno de ellos subversivo, el otro teólogo, como ya se dijo. Imposible no pensar en historias parecidas como La virgen de los sicarios de Fernando Vallejo, o Como esta tarde para siempre, de Jaime Manrique. Puede haber algo de eso, pero la novela es una actualizacion y a la vez un collage que combina la música de The Verve, Madonna, con la poesía de Álvaro Mutis, los homenajes a Kavafis, el cine, y claro, la gente y las veredas de su Risaralda natal. Jaiber escribe una prosa fluida, llena de aliento poético, que dice mucho (pero no todo) con gran economía verbal. Hay que tener pues, atencion a lo que no se dice, pero se insinúa, y que en ocasiones es mas importante que lo que se dice. Una obra que debe leerse con sumo cuidado, y que requiere al menos, algún conocimiento de lo expuesto. Quizá esa sea la gran desventaja de la novela: Al final termina siendo un poco, una novela para novelistas, o lectores experimentados, que pueden entender la estructura y las ideas que se exponen.
Las novelas de Jaiber son historias sosegadas, alejadas del escándalo, o el deseo panfletario de exponer una tesis. En Trocha y telaraña no existen juicios morales o condenas a los actos de los personajes. Si uno busca a Dios a través de la teología, pese a su homosexualidad, no se le cerrara, ni se le obligara a fingir lo que no es. Los personajes aceptan al otro, sin cuestionar, ni existen situaciones melodramáticas. Todo es tranquilo, y fluye como un río calmo.
Debo decir que la edición tiene errores en su digitación evidentes. Comenzando con el que se encuentra en la portada, pasando por uno donde cambian el titulo de una canción en ingles, con cambiar una letra, que altera todo el sentido. Eso, sin embargo, no estropea el excelente trabajo hecho por el autor, aunque si sería bueno pedir un poco mas de cuidado y no caer en "la prisa de publicar". La edición, al final, también es importante.
Al final, un trabajo sobresaliente, que merece mas atencion de lo que se le ha dado.
Jaiber Ladino Guapacha (Quinchia, Risaralda 1984), en sus novelas combina hechos y situaciones aparentemente disimiles: La homosexualidad, la tierra y la vida de los campesinos del Gran Caldas, la teología cristiana. Aquí se mezclan Constantino Kavafis, la música de Madonna, la obra de ese gran divulgador de Kavafis que fue Eduardo López Jaramillo, los cuentos de Adel López Gómez, una lectura queer de algunos episodios de los evangelios, la Summa de Santo Tomas de Aquino, el álbum de las chocolatinas Jet, la novela Por los caminos de Sodoma de Sir Edgar Dixon, seudonimo de Bernardo Arias Trujillo entre algunos que identifiqué. Si quisiera ser burlón, diría que es una obra propia de la denostada cultura grecoquimbaya, con su improbable mezcla de civilización griega e indígena, untada de grandilocuencia y solemnidad. Nada mas alejado de la realidad esa posible burla. Jaiber escribe con fluidez, es un artesano de la palabra, capaz de crear en sus historias auténticas filigranas intimistas que nos conmueven.
A la fecha, el autor ha publicado 3 novelas: Andago, la linea K, donde desarrolla una historia que es un homenaje a sus maestros y profesores, pero sobretodo, a Constantino Kavafis, a través del desarrollo de una línea de boxers para hombres. Una improbable combinación, y un texto lleno de poesía y vida que no pasa desapercibido. El segundo se llama Mapa con abejas y tambor.
La tercera es Trocha y Telaraña, una historia de amor entre dos hombres, uno de ellos subversivo, el otro teólogo, como ya se dijo. Imposible no pensar en historias parecidas como La virgen de los sicarios de Fernando Vallejo, o Como esta tarde para siempre, de Jaime Manrique. Puede haber algo de eso, pero la novela es una actualizacion y a la vez un collage que combina la música de The Verve, Madonna, con la poesía de Álvaro Mutis, los homenajes a Kavafis, el cine, y claro, la gente y las veredas de su Risaralda natal. Jaiber escribe una prosa fluida, llena de aliento poético, que dice mucho (pero no todo) con gran economía verbal. Hay que tener pues, atencion a lo que no se dice, pero se insinúa, y que en ocasiones es mas importante que lo que se dice. Una obra que debe leerse con sumo cuidado, y que requiere al menos, algún conocimiento de lo expuesto. Quizá esa sea la gran desventaja de la novela: Al final termina siendo un poco, una novela para novelistas, o lectores experimentados, que pueden entender la estructura y las ideas que se exponen.
Las novelas de Jaiber son historias sosegadas, alejadas del escándalo, o el deseo panfletario de exponer una tesis. En Trocha y telaraña no existen juicios morales o condenas a los actos de los personajes. Si uno busca a Dios a través de la teología, pese a su homosexualidad, no se le cerrara, ni se le obligara a fingir lo que no es. Los personajes aceptan al otro, sin cuestionar, ni existen situaciones melodramáticas. Todo es tranquilo, y fluye como un río calmo.
Debo decir que la edición tiene errores en su digitación evidentes. Comenzando con el que se encuentra en la portada, pasando por uno donde cambian el titulo de una canción en ingles, con cambiar una letra, que altera todo el sentido. Eso, sin embargo, no estropea el excelente trabajo hecho por el autor, aunque si sería bueno pedir un poco mas de cuidado y no caer en "la prisa de publicar". La edición, al final, también es importante.
Al final, un trabajo sobresaliente, que merece mas atencion de lo que se le ha dado.
Comentarios