CONTAGIÁTE DE VIDA POR ANTONIO JAVIER GUZMÁN

Cuando leía  Contágiate de Vida. Diario de una pandemia de Antonio Javier Guzmán pensaba en esa frase del Quijote: "De cuyo nombre no quiero acordarme" . Hay cosas de las que no quiero acordarme y la pandemia del Covid es una de ellas. Había una razón personal: mi madre murió cuatro días antes del inicio de la cuarentena, y el proceso de duelo junto con la situación hicieron ese momento difícil mas desagradable. Por eso cuando Antonio Javier me trajo el libro, lo hice un lado, hasta que ya más tranquilo me puse a leerlo.

En él, Antonio Javier documentó su vida en esos meses de pandemia. Se encerró, se entristeció, trabajó, se adaptó, hizo meditación, se distrajo en la red. se preocupó como la mayoría, y a diferencia de los demás, escribió lo que sintió. Angustia, estrés, incertidumbre, miedo, sensación de pérdida, temor, culpa, dolor. También agradeció, sonrió, siguió, valoró y continuó.

Se dice que la pandemia saco lo peor de nosotros: el miedo atávico al otro por ser distinto. Por ser otro. Fuimos bombardeados por noticias que cada tanto documentaban lo peor de todos nosotros: la indiferencia, el desinterés, el egoísmo, bajo supuestos actos de irresponsabilidad: el medico que le tosió en la cara a una azafata, aquel que no creyó que esto era serio y se contagió, y luego contagió a su familia que terminaron en la UCI o muriendo. Fue señalado como irresponsable y en el camino se le marcó como asesino.  Que decir del bombardeo de cifras, las alarmistas noticias falsas o exageradas, el efecto que estos mensajes trajeron sobre el animo lo describe Antonio muy bien:

"La zozobra en la que vivimos me hace sentir oprimido, como si algo malo se asomara a la vuelta de la esquina y en muchas ocasiones se los juro que siento el aire denso y respiro pura tristeza



Si, el covid sacó lo peor de nosotros, y esta por documentarse si eso continuara; pero también, como documenta Antonio, lo mejor de nosotros. No en los gestos heroicos que salvan miles de vidas;  sino en los pequeños gestos casi habituales y que pasan desapercibidos: el enfermeros que se niega a "abandonar el barco", el que en el supermercado comparte la comida,  o la mujer, madre y esposa, callada  que trabaja sin quejarse, pese a los cambios que ha traído su vida.

Quizás no haya nada original en el libro de Antonio; quizás otros hayan expresado de manera mas bella, pero la idea que expresa es igual de valiosa: la vida pese a todo, merece ser vivida y continua. Al final. que cada quien saque el aprendizaje de todo esto. Recuerden, esto también pasara, nos dice Antonio Javier. Un libro para reflexionar, agradecer y continuar.

Foto de mi archivo personal

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