AL FINAL, EL ALÍEN ERA NEGRO.....
La vida de Bolaji Badejo, artista
visual nigeriano, que transcurrió entre 1953 y 1992, se tropezó con el cine, en
1978, cuando sentado en un Pub londinense, noto que era observado con atención
por un hombre rubio que en opinión de Badejo, lo miraba de manera descarada y
con intención sexual. Sin embargo, Badejo estaba equivocado: El hombre si lo
miraba con atención, pero por razones de trabajo. Para el rubio, el agente de
casting Peter Ardram, los dos metros y dieciocho centímetros de altura de
Badejo, y sus largas piernas eran perfectos para caracterizar al Xenomorfo que
el director Ridley Scott buscaba para su próxima película.
Bolaji, miembro de una prominente
familia de Nigeria (Su padre había sido director de la televisión pública
nigeriana, y había ayudado a huir al escritor Chinua Achebe, en los turbulentos
años de la guerra civil que asolo Nigeria entre 1967 y 1970) había llegado a
Inglaterra unos años antes para estudiar diseño gráfico. Al ser abordado en el
Pub por Ardram, recibió una oferta que no pudo rechazar: Viajar de polizón en
una nave espacial llamada Nostromo.
Intrigado por la oferta, pero sobre todo por el deseo de conocer de
cerca el mundo el cine, y por que no, establecer contactos, acepto la propuesta.
Badejo se presentó al casting. El
nigeriano de 25 años sin ninguna relación con la interpretación, delgado, de
brazos y piernas largas, convenció de inmediato Ridley Scott al presentarse. “En cuanto entré, Ridley supo que
había encontrado a la persona adecuada», dijo Badejo en la única entrevista
que concedió en su vida. No importaba que no tuviera experiencia en el Cine:
Para Scott era la respuesta a uno de los grandes obstáculos de su película: el
monstruo con forma de mantis religiosa imaginado por H.R, Giger y Carlo Rambaldi,
era pese a todos los esfuerzos demasiado “humano”, y la idea de usar un robot
tomaba fuerza, incrementando los costos de producción y haciendo temer por la
producción de la película. Badejo era perfecto, pero hubo necesidad de
convencer a Giger, quien pensaba que su mujer era perfecta para el papel (no, aquí
no hay ningún mensaje misógino). Pero al
ver a Bolaji en la prueba de pantalla sus dudas se desvanecieron: Es nuestro hombre, dijo.
O quizá pensó “es nuestro Alíen”. Nació pues un personaje clave del clásico de
horror espacial de 1979, Alíen.
Todos recordamos las imágenes
goteantes de ácido del alienígena que amenaza a la teniente Ellen Ripley, que
fue la verdadera estrella de la película. Con una mandíbula extensible que
salivaba el ácido, no era suficiente que "Alien" pudiera capturar y
matar. Quería usar a los humanos lo bastante desafortunados que se cruzaban en
su camino como vientre sustituto. Bolaji, silencioso, era ese monstruo
que horrorizo a toda una generación. Pero Badejo no recordaba la grabación como
algo agradable: "Apenas podía ver lo que estaba pasando a mi
alrededor", recordó Badejo en 1979, "excepto cuando estaba en una posición estacionaria, mientras estaban
filmando, luego había unos cuantos agujeros a los que podía mirar ... Era
terriblemente caliente ... sólo podía tenerla encendida unos 15 o 20 minutos a
la vez, y cuando me la quité, mi cabeza estaba empapada ".
Scott simpatizó con la situación
del actor. "Ese temido traje
debe haber sido muy incómodo y difícil para él", dice Nick Allder
supervisor de efectos especiales, quien contó que en algún momento habían
planeado llenar una cavidad en la cabeza semitransparente con gusanos vivos,
pero decidieron usar un líquido que simulara la saliva ácida del monstruo. Después
de varios ensayos, se decidieron por usar KY, el lubricante intimo para la sequedad vaginal.
Con casi dos metros dieciocho centímetros, cubierto
de lubricante, y a ratos ciego, no fue un trabajo glamoroso. Sin embargo,
Bolaji nunca se quejó de ello. Como señala el mismo Allder: “Estar en un set de películas debió de ser bastante extraño para él,
de haber sido el centro de atracción ... fue un poco de shock para él". Como sea, Badejo cumplió su tarea, y tuvo
aciertos: “Se suponía que la criatura era
elegante y viciosa, requiriendo movimientos lentos y deliberados. Lo hizo a la perfección”
señalo Ridley Scott. Verónica Cartwright y Sigourney Weaver en ocasiones
estaban realmente aterrorizadas, pero la experiencia para Bolaji no fue del
todo satisfactoria: rechazo volver a las secuelas de Alien, pese a que la tenía
oportunidad legal de hacerlo. La película de 1979 fue su único crédito
cinematográfico.
Pese al éxito de la película, Bolaji regreso a Nigeria
en 1980, y abrió una galería de arte. En 1.990 se le detecto Anemia de Células
falciformes, y pocos después de cumplir 39 años cayó enfermo y fue
hospitalizado en Lagos, donde murió el 22 de diciembre de 1.992. De su trabajo en el cine, pocos lo recuerdan,
pero el hecho de haber realizado el papel del Alíen, es suficiente.
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