LECTURAS VAGAS No 14: UNA SILUETA EN LA PARTITURA
¿Es posible que no se pueda vivir sin hacer daño a los inocentes?
Grazia Deledda
Una Silueta en la Partitura (2013) es una de los mas conocidas obras de Enrique Dávila Martinez. Como muchos autores colombianos de su generación, a Enrique Dávila Martinez (1948) lo arrollo una avalancha llamada Macondo. El deslumbramiento que produjeron obras como Cien años de soledad o El Otoño del patriarca, los opaco por completo, y solo tuvieron un reconocimiento muy posterior, en la medida que construyeron su propio mundo. Así, hubo quienes se montaron en el recurso del realismo mágico, en particular un grupo de autores de la costa que según el crítico Carlos J Maria, ”fueron incapaces de apartarse de la senda señalada por el maestro” del cual David Sanchez Juliao fue el mas exitoso. Pero Enrique pertenece a una generación que el critico Orlando Mejía Rivera, llama “generación mutante”: Aquellos que leyeron Cien años de Soledad, pero también Homero, Joyce o Proust y fueron capaces de hallar su propia voz: Nombres como Héctor Abad, Juan Diego Mejia, Ramon Illan Bacca, Philip Potdevin, entre otros. En el caso de Enrique, y la novela de la que hablamos, la voz encontrada la escuchamos a través de la música clásica, su entronque en America Latina, y las peripecias de un latinoamericano en Europa.
La novela es la historia de Dante Deledda, un barranquillero que por el nombre parecía destinado a las Bellas Artes, quien gracias a una disciplina férrea y su talento, llega a encumbrarse en la vida musical europea como director musical de la Opera de París. En ese periplo vital desde su Barranquilla natal, se describe a su familia de origen italiano, su padre Attilio hombre venal y mujeriego con ansias de trepar socialmente, su hermano Vincenzo un comerciante precoz pero falto de moral, y una madre que parece ajena a todos los avatares de esa familia, episodios no exentos de truculencia, que al final lo obligaran a regresar a Barranquilla a hallar respuestas.
Escrita de forma impecable, muestra debajo de una atmósfera musical refinada y culta, con toques eruditos, el periplo vital de Deledda, un hombre brillante, mujeriego, arribista y frívolo atormentado por sus inseguridades y dudas, tan parecidas a la de sus parientes que quedaron en Barranquilla. Como ellos, Dante busca el reconocimiento social a través del triunfo en su profesión, y hará lo necesario para salir adelante. Estudiar como loco, practicar, pero también mentir, intrigar, usar su encanto, seducir mujeres, humillar a sus músicos.
Mezcla de alta novela y thriller policíaco, con una desaparición y un asesinato, alusiones a tesoros ocultos, sociedades partidarias del nazismo, el fascismo, Mussolini, cuartos secretos, transmisiones radiales clandestinas, el libro no decae y su lectura después de un comienzo tambaleante, se vuelve interesante; pese a que sabemos las respuestas a la historia cincuenta paginas antes el libro no se suelta hasta el final.
Tiene fallas, claro: Para mi gusto, las descripciones de los lugares de Europa donde vive Dante Deledda, me recuerdan imágenes de folletos turísticos europeos, y el nivel de truculencia del thriller, es en mi opinión, excesivo: El autor podría sacar al menos tres historias de lo que dejo de contar, tan interesantes como las cuitas de Deledda en su ascenso. Eso al final, distrae.
Otro aspecto que llama la atención es la imagen negativa de las mujeres en la vida de Deledda: Son seres carentes de cultura, vacuas y preocupadas por su seguridad, lo cual me hizo recordar ciertos pasajes de la obra de Ramon Illan Bacca; para Deledda muchas son trofeos o escaleras al éxito. De todas formas, ellas con todo, tienen una visión moral muy superior a la utilitaria de Deledda, lo cual de alguna forma las redime.
Al final, estamos ante un precioso texto, que "Hasta sus defectos le lucen" lleno de hermosura, escritura impecable, y una historia apasionante que bien vale su lectura.
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