La versión occidental de Corea del Norte
Suena el teléfono
Voz femenina: Muy buenos días, hablo
con el señor Samuel…………… guelepley
inestrosa?
Yo: Si a la orden.
Voz al otro lado: Señor Samuel, buenas tardes, le
hablamos del Banco de……. ¿Como se encuentra hoy?
Yo: Bien, gracias, en que te puedo
servir.
Voz: El motivo de mi llamada es
verificar una serie de transacciones realizadas por internet de su tarjeta de crédito.
Yo: Claro dime.
Voz: Pero antes necesito confirmar su
identidad, y para ello tenemos que hacerle unas preguntas de seguridad.
Yo (sorprendido): ¿Estás seguro de que
no es al contrario?
Voz: Señor Samuel tenemos que hacerle
unas preguntas de seguridad.
Yo: ¿Pero por qué? Tú me estas llamando
confirmar unas transacciones que hice, y en vez de preguntarme cuales son, me
dices que me identifique, No se supone que es al revés, que eres tú el que debe
identificarse.
Voz: Señor Samuel, no soy yo, así lo
pide el sistema, debo verificar su identidad mediante una serie de preguntas de
seguridad.
Yo (Entre divertido y molesto): A ver, tú
me llamas, me dices que vas a verificar unas transacciones, pero antes pides
verificar mi identidad. Yo no soy el que te está llamando, cuando me han hecho
estas llamadas en el pasado, simplemente me han preguntado si compre algo, y yo
digo si o no, y se terminó la llamada.
Voz: Señor Samuel, nosotros antes
verificamos la identidad, es un protocolo que yo cumplo.
Yo: Si, pero porque debo responder algo
que yo no he pedido.
Voz: Señor Samuel, usted fue
seleccionado para revisión de las transacciones sospechosas y debe responder
las preguntas de seguridad
Yo: (molesto): A ver, yo no he pedido
nada, me dices que estás haciendo una verificación, que he sido seleccionado
para responder las preguntas de seguridad, no entiendo el porque. ¿Además,
quien me selecciono?
Voz: Señor Samuel, entienda que solo debe
responder las preguntas de seguridad
Yo: (Molesto) Mira sé que no es tu
culpa, que sigues un libreto, pero has repetido el libreto y no me has
respondido nada. Repetir no es responder, y menos explicar.
Voz: señor Samuel, entienda que solo
cumplo órdenes y para continuar usted debe responder las preguntas de
seguridad. Mire que es por su bien.
Al final desistí, no solo porque me pareció
que no iba a encontrar la respuestas a las preguntas que hice, y también porque
me estaba enfureciendo con el discurso. Me calme y respondí las preguntas y
confirme las operaciones que había hecho. Si hubiera sido un fraude elaborado,
dudo que las preguntas de seguridad lo hubieran evitado. Imagino que la
muchacha solo hacia lo que le dijeron que hiciera y con eso de “la llamada
puede ser grabada con fines de monitoreo” es peligroso para ella apartarse del
guion preestablecido. Al final me dice:
Voz: Señor Samuel, por último, podría responder
una encuesta sobre la calidad del servicio
Yo: (ahí si furioso) No !!!!, y colgué.
Me doy cuenta de que soy de buenas, al no enfrentar estas situaciones de trabajo en mi vida; además creo que, si
por necesidad tuviera que hacerlo, creo que no duraría ni dos horas. Al final,
soy afortunado, y los pobres empleados son dignos de lastima: Viven en esas
pequeñas Coreas del Norte que se han vuelto los Call Centers.
Imagen tomada de internet.
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