UNA LECTURA DE SIEMPRE BAJO LA LLUVIA DE EMMA CLAUS
“Caminando, se aprende en la vida, caminando, se
sabe lo que es
Caminando, se cura la herida, caminando, que deja el ayer”
Rubén Blades
Cuando recibí Siempre bajo la lluvia, la primera novela de Emma Claus (Calixta editores, 2020) me dijeron que era ante todo una Novela romántica. Confieso que la idea de leerla no me entusiasmó: Me parece válida la sugerencia de Rainer María Rilke, que esta en Cartas a un joven poeta, cuando le sugiere al escritor que huya al principio de los temas populares en la literatura, entre ellos el amor, “dado que se han escrito tantas y tantas obras tan buenas que es difícil ser original en esos temas” (Cito de memoria, así que no pidan exactitud). A eso le añado que la portada, que representa a una mujer en un invernadero un día de lluvia, sirvió para alimentar mi prejuicio:
“lloviendo esta, y a traves de la lluvia,
hay un triste adios y un amor termina”
¡Santo Juan Gabriel de Juárez, patron de los cursis, que estas en los cielos, dame valor ante esto!
Pero también creo que, por encima de mis ideas preconcebidas, no hay libro lo suficientemente malo que no merezca ser leído. El esfuerzo de escribir del autor, merece al menos que se busque el lector que ese libro espera. Así que después de un tiempo de verlo entre mis pendientes, decidí darle la oportunidad al libro.
En una serie en
capítulos cortos, descriptivos, con especial atención a los detalles, con diferentes voces narrativas, tiempos y lugares diferentes, que no
se atienen a la linealidad temporal, y que en ocasiones se confunden, se nos
presenta a un personaje, Nika (Verónica), que ha aceptado la de propuesta de matrimonio de su novio Eduardo, y que, llena de dudas por su compromiso, decide buscar a un viejo amor de años atras, Andrés esperando
encontrar una respuesta a las inquietudes que le atormentan. Contado así, es muy
simple, pero la historia se enreda de manera sensacional, de tal forma que el
lector se ve en la obligado a continuar la lectura para resolver el enredo.
Todos los elementos propios de
una novela romántica folletinesca aparecen: Una joven ingenua, sin mundo, y un hombre atractivo, un galán perfecto y misterioso según las convenciones del género, se conocen y tienen un “Coup de foudre”, se entregan a
la pasión mas desaforada, hay una comunión total entre los dos, y de pronto por
razones que no sabemos, todo se desmorona, y se separan. Todo ello acompañado
de los recursos habituales del género: Escenas apasionadas y románticas de sexo y ruptura
bajo la lluvia, regalos simbólicos, promesas de amor eterno, una amiga leal, un tercero (o terceros) en discordia, un malo
(a) que creen bueno, una ruptura, malentendidos, separación, un secreto familiar vergonzoso, una nueva reunión de los
amantes, y fueron felices……. Separados. Ahí acaba el romanticismo y vuelve la realidad.
Sin embargo, la autora no nos
habla solo de la historia del amor, o al menos esa no es su idea principal. Lo
valioso del relato es la capacidad de ella de contarnos de forma creíble la evolución sentimental
de Nika, de joven inocente y hasta ingenua, en una mujer hecha y derecha que
reclama su lugar en el mundo. En el camino vivirá una historia de amor, una
ruptura, se entregará al sexo y a los amores fugaces con mayor o menor fortuna,
entenderá el significado de la amistad, el amor, el trabajo y la familia, se graduará, trabajará y descubrirá
su propósito vital. Todo esto ocurrirá acompañado de unos zapatos Converse
obsequio de su padre, que en multitud de ocasiones no serán los más apropiados en su
caminar. Un personaje sin duda entrañable, y que llegamos a querer.
Capítulo aparte merecen los otros
personajes. Algunos están muy bien dibujados: Andrés el protagonista es durante
buena parte del relato lo suficientemente ambiguo y egoísta para ser detestable,
y que solo, cuando entendemos la historia lo comprendemos. Igual pasa con las
amigas de la protagonista, sin duda epítomes de la amistad y la envidia. En
cambio Eduardo, el novio, me parece arquetípico y esquemático. Carece de
profundidad sicológica y se siente falso. También hizo falta un poco mas de
desarrollo de los padres de Nika, y saber que pasó con Gustavo, un personaje que desaparece del relato sin explicación. La novela, aunque es cuidada en los detalles, tiene varios cabos sueltos y
este es uno de los que más se nota. También, aunque es una primera lectura y no
pude confirmarlo, me parece que hay errores menores en las voces narrativas usadas y la cronología del relato.
Si un lector quiere leer una
novela romántica, es muy probable que esta obra con sus enredos le satisfaga.
Se atiene a las convenciones del género, y parece que hubiera sido escrita
antes del internet. Por ejemplo, la protagonista le da un enorme valor a las cartas:
“Prometo que escribiré con
frecuencia, pero no quiero hacerlo por correo electrónico, quiero que sientas
mi energía al tocar las cartas que te escribo con mi puño y letra” (pág. 288)
Pero es una lectura si se quiere,
muy básica, de una novela que refleja las complejidades y cambios en las relaciones de
pareja de hoy, y el cambiante papel de la mujer en ella en estos tiempos, alejados de esa idealización romantica propia de las historias de Corin Tellado: Las parejas se aman, si, pero tambien discuten; el interes existe, el sexo puede ser poco satisfactorio y en multitud de ocasiones no acompaña el afecto, el otro puede ser el ser ideal, pero si no te da respuestas o te satisface, al final, lo que de verdad importa es ser tu mismo, como lo entiende Nika. Mejor si estas acompañado, claro. En un
terreno muy personal, me pareció una obra muy bien escrita, de hipnótica
lectura, y sutileza sicológica, en particular los personajes femeninos. Eso no es poco para una primera novela. De lectura recomendada.
!Santo Juan Gabriel de Juárez, que estas en los cielos, bendito seas!
Foto del autor
Siempre bajo la lluvia, Emma Claus, Calixta editores, Abril 2020, Bogotá. Colombia
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