CUANDO ERAMOS TWIKI Y PIOLIN


Mentiría si dijera que John Sandoval Rincón y yo fuimos cercanos en los años que compartimos aulas en la vieja sede del Colegio Sagrado Corazón de  la Calle 74 con Kra 60.  En esos años, principios de los años 80, nuestra vida transcurría en medio de las clases dictadas por los profesores de talento como Guillermo Ardila, un talentoso pintor prematuramente desaparecido, las amonestaciones del Padre Muñoz, y la dirección de los españoles Hermanos Corazonistas, entre los que destacaba el Hermano Lopez, o la figura de rostro impenetrable e inexpresivo de Jesús Roldan, a quien a sus espaldas algún gracioso bautizo Cara de Muerto y así se quedó hasta hoy, y un vasco recién llegado, el hermano Andres Elizondo. Quien pronto nos inundó el salón con sus fuertes olores corporales, tanto que nunca hubo apodo más bien puesto: Andres el hediondo.

Si algo tienen esos años, en mi memoria, son los apodos: Cara de Muerto, el Tucán Gastian (Otro hermano corazonista famoso por su nariz)  o los nombres que le pusimos a los compañeros: Foquito, Icho, Rocky, entre otros. Yo no me salve. Algún compañero más observador,  dijo que yo me parecía a Twiki, el Robot de Buck Rogers, por mis gestos y movimientos.  Hoy no logro recordar quien fue el gracioso que me puso el apodo; mis compañeros, cuando me ven y entran en confianza, me gritan “Twiki”.  En el caso de John Sandoval, era casi inevitable el apodo: era mono, chiquito, de piel de un  color amarillo, delgado  de pelo rizado lo que le hacía ver la  cabeza más grande de lo que realmente era. Asi pues, la Asociación con Piolín, el personaje de la serie animada de la Warner Bros era una opción obvia,  en esos tiempos en que la nuestras opciones de Televisión eran dos cadenas.

Si, John, era en mis recuerdos, así. No sé si el apodo le agradara; lo llevaba con humor, como quien acepta su destino. También lo recuerdo alegre, festivo y de conversación divertida. Cuando estábamos en Quinto Bachillerato,  se le metió en la cabeza, ingresar a la Comunidad Religiosa Corazonista, una cosa que no nos extrañó, pero que nunca entendimos. Así, cuando llegamos a Sexto,  nos enteramos que John se había ido para Medellín al Seminario Corazonista. No supimos mucho de el, en ese año. Sin embargo, el apareció, el día de nuestra graduación ensacado y en encorbatado, a recibir su diploma: El Colegio le había dado la opción de venir a recibirlo con su familia. Allí cruzamos algunas palabras, y nos despedimos en busca de nuestros sueños.

No fue la última vez que lo vi. Como dos o tres años después, regresando de la U,  caminando por los alrededores del Marymount, alguien me grito “Twiki”  y un joven, con un gran parecido a Piolín en una pequeña bicicleta me saludo y se acerco

-Que más John? –pregunte

-Bien Samuel, aquí de vacaciones

-Sigues en el Seminario?

-Sí, pero voy a estudiar algo relacionado con la educación, y tú que estudias?

-Ingeniería en la Universidad del Norte

-Chévere

Hablamos otras cosas que no recuerdo, pero si recuerdo que algo que dije, el me respondió con energía: “No, como se te ocurre, eso es algo muy bueno”

No lo he vuelto a ver.  Mis compañeros  nos preguntamos qué fue de su vida, pareciera que nuestros recuerdos terminaron allí. Algún compañero, mejor informado, nos dijo que él no permaneció en la Comunidad, pero no mucho más

Hasta que ayer, viendo las noticias, encuentro que John Sandoval ha ganado el Premio Compartir al Maestro, en la categoría de Rectores, por su trabajo con jóvenes desplazados y excombatientes en el Cauca, y todas estas memorias volvieron.
Es una lastima que en su ciudad natal, donde se formo, este logro haya pasado desapercibido. Me imagino que habrá cosas mucho mas importantes que hablar en estos calores.
Viendo el vídeo, me congratulo por el éxito de John, un héroe entre nosotros, y en este caso, a nuestro lado, quien ha puesto un granito de arena para cambiar este país, para mejor. Aunque para muchos, sigue siendo el Piolín Sandoval.  Felicitaciones John por este logro.

Comentarios

Una hermosa historia, de esas que justifican nuestro paso por este mundo; lastimosamente todo lo relacionado con educación y cultura está delgado al cuarto de san Alejo; por el contrario, si piolín hubiese sido un futbolista destacado los medios hablarían de él hasta mucho años después de su muerte. Berta Lucía Estrada
quise decir relegado, el corrector em juega malas pasadas

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