DIVAGACIONES EN TORNO A CONDONES VIETNAMITAS
Quizás quienes pasaron por la Universidad del Norte en Barranquilla saben cuál fue el restaurante La Mosca. Un sitio que, como su nombre lo indica, estaba lleno de moscas, y lo administraba, la Mona. Un almorzadero billar donde los estudiantes al otro lado de la calle podían comer barato y pasar el tiempo perdido entre clases. Años mas tarde, se mudo de lugar, pero cerca; era una mejor construcción, y ahora era La mosca elegante. Un amigo mío, juraba y perjuraba que la Mona lavaba los pitillos plásticos usados y los volvía a usar. Usaba una técnica simple: los tenía en una poceta al lado, fuera de la vista del público, los dejaba secar y los ofrecía con el lado menos dañado a la vista en el pico de la botella, en los momentos de mas actividad. No me consta, en cualquier caso, pero mi amigo jura sobre la Biblia que eso es cierto. Cerca de mi oficina, una tienda ofrece jugos naturales, en botellas de Coca-Cola. Los trabajadores son felices tomando esos productos que pueden verse ha