UN CABALLERO VICTORIANO MIRANDO POR EL OJO DE LA CERRADURA
Cuando el 15 de abril de 1843, en el número 21 de Washington Place, en el epicentro del Greenwich Village, en la todavía pequeña y casi idílica ciudad de Nueva York, nace Henry James Jr, segundo hijo de una adinerada pareja de sociedad, conformada por Henry James Sr y Mary Walsh ya se sabía que ese niño tendría una vida casi sin sobresaltos, frecuentaría los ámbitos sociales más exquisitos y que se dedicaría, seguramente, a una actividad humanística. Su padre era un teólogo reconocido adscrito a las ideas del místico sueco Emanuel Swedenborg. Utopista, perpetuo rentista, heredero de una gran fortuna amasada por su padre, quien construyo su riqueza mediante la compra de Tierras en los alrededores de lo que sería luego el Canal Eire, que conecta a la ciudad de Nueva York con los Grandes Lagos, ni el, ni sus hijos tendrían preocupaciones económicas en toda su vida. Los James eran una familia de muy buena posición social y Henry junto con su hermano mayor, William James, quien