AÑADIENDO INJURIA AL INSULTO
Hay una diferencia no siempre fácil de detectar entre la injuria y el insulto. Mientras esta última busca ofender a alguien, la injuria busca menoscabar la dignidad afirmando cosas que no son ciertas o no están probadas. Al final, toda injuria es un insulto, pero no todo insulto es una injuria. La nuestra no es una época de sutileza, por sofisticada que esta pueda ser técnicamente. Los insultos e incluso las críticas ordinarias parecen toscas en comparación con las del pasado. Parece que preferimos la inmediatez y el chiste fácil a la sutileza y la carga de profundidad que la injuria elaborada trae. Algo va de la injuria de Vargas Vila a Santos Chocano y que por contera incluye a Borges, al Twitter de nuestros días cuyo mayor mérito es ofender, calumniar y mentir sin reato de hoy. En estos días, para llamar la atención, hasta las injurias suelen ser toscas y vulgares. Cuando Donald Trump se refirió- supuestamente- a ciertos países con unas palabras que no voy a repetir, estaba